Disney se paseó en nuestra vida amorosa

No somos sopranos. No tenemos ratones ni pajaritos que nos ayuden a limpiar. No somos nobles ni tenemos remotas posibilidades de ser invitadas al baile.

Ayer por la noche, mientras daba el último suspiro al salir los créditos de "Encantada", mi mamá me salió con un mordaz comentario, disfrazado de buen deseo. "Ya va a llegar tu príncipe", me dijo. Yo solo pensé: "¿Qué demonios le pasa a mi mamá?", pero me conformé con reírme.

Como fiel adepta a Disney (y Pixar), crecí con las películas de princesas. Bueno, no "crecí" exactamente viéndolas, pero fui al cine a verlas en mi infancia -allá por principios de los '90, cuando no había Cinemark ni Cinépolis, sino los cines Reforma, Variedades, Colonial y Caribe, a menos de 10 colones y en doble de permanencia voluntaria-.

El "crecer" viendo las películas de princesas empezó ya de grande, probablemente cuando ya tenía DUI y el rentavideos que estaba cerca de mi casa empezó a liquidar todas sus cintas de VHS. Desde entonces, cada cierto tiempo, hay maratones de princesas en mi casa. Una tras otra, con las respectivas pausas, para atrás y para adelante.

No solo me doy a la tarea de verlas. No, no, no. Como si no tuviera nada mejor que hacer (o probablemente por eso), me dedico a diseccionarlas, a buscarles paranóicamente cualquier significado oculto detrás de las canciones o los diálogos, a hallarles detalles que pasé por alto las otras 999 veces que ya las había visto. Es como un hobby. Uno quizá, muy enfermizo.

Mujeres: Disney se paseó en nuestra vida amorosa, dándonos falsas expectativas de cómo es el amor, cómo se encuentra, de los príncipes azules y de los finales felices por siempre.

Desde el momento en que pusieron a la zarrapastrosa Blanca Nieves a cantar con las blancas palomitas en el pozo y el príncipe (quien, para variar, no tiene nombre) subió valerosamente los tapiales del castillo para unírsele en su "canción de amor" en 1937 -sí, hace 72 años-.





¿Por qué no la pudo dejar hacer oficio en paz? Como si no fuera suficiente tener a una bruja de madrastra, la pobre Blanca Nieves dependía de que el príncipe la salvara de la "muerte dormida" propinada por la manzana envenenada, con el "primer beso de amor verdadero". ¿Qué habría pasado si el príncipe no la hubiera hallado?

Algunos puntos aquí: ¿no se les hace que el príncipe era un player? Yo solamente digo: él solo pasaba por ahí, no sabía que Blanca Nieves era la princesa y, a pesar de todo, entra en el castillo (más como forzar la entrada, realmente), y le empieza a cantar para enamorarla! Le canta con su "sensual" voz grave -en la vida real, solo Josh Groban te puede cantar como el príncipe-.

¿Habría tenido el mismo final si Blanca Nieves fuera solo la muchacha? ¿La habría buscado por todas partes hasta encontrarla yaciendo en la urna de cristal que le hicieron los siete enanitos? ¿o si no tuviera la piel blanca como la nieve, los cabellos negros como el ébano y los labios rojos como el carmín?¡No lo creo! Le habría cantado para el rato y después se casaría con la persona idónea para darle continuidad al linaje real.

¿Qué pasa con los príncipes? Es la misma historia con el príncipe Felipe (el de La Bella Durmiente). Otro tunante que se pone a cantar con inocentes doncellas. Aunque, tengo que admitirlo, esa es una de las escenas que más amo de la película, cuando Aurora (alias Rosa) está cantando con los animalillos del bosque la canción del "príncipe azul que yo soñé".



Además, está dispuesto a casarse con una plebeya porque está viviendo "en pleno siglo XIV", según le dice a su papá. Mi único reproche es que encuentro un poco fuera de lugar que la Aurora lo invitara a llegar en la noche a la cabaña del leñador. Supongo que era para presentárselo a las tres ilustres hadas (matadas de la risa, por cierto).

Eso sí, de todos los príncipes, Felipe es uno de los más hombrecitos porque pelea contra Maléfica convertida en dragón por "todos los poderes de Lucifer" y después galopa en su blanco corcel a darle el "primer beso de amor" a la princesa Aurora. Por lo menos hace más esfuerzo que poner la boca, como el príncipe de Blanca Nieves.

¡Y los animalillos del bosque! La mejor para hablar con los animalillos del bosque es la Cenicienta. Bueno, habla con los de la granja, pero igual. Quizá el aislamiento al que la tenían confinada la madrastra y hermanastras hacía que hablara con los ratoncitos (Gus mi favorito) o que se imaginara al Hada Madrina bibidi babidi bu.

Yo sostengo firmemente que la Cenicienta era una cazafortunas. ¿Por qué tanta alharaca por ir al baile a conocer al príncipe? El príncipe -otro sin nombre- no era player, era un playboy al que su papá quería casar urgentemente para tener nietos. Quizá la sobrevivencia de la corona dependía de ello y por eso se decidió a oficiar el baile, para que el príncipe tuviera su elección tal cual reality show de MTV o episodio de The Bachelor.

 ¿Qué me da la razón? Que después de bailar con el príncipe (sin saberlo), y ya cuando ve que son casi las 12, Cenicienta le dice "pero todavía no he visto al príncipe". Traducción = soy una cazafortunas más que vino a ver si atrapa al príncipe para que mi madrastra ya no me tenga de sirvienta. 

¡Ah! Ellos también cantan cuando bailan, solo que ellos dicen "esto es amor", antes de que ella olvide convenientemente su zapatilla de cristal. Aquí no hay besos sino hasta la boda, mientras que las otras eran un poco regalonas para su época.

Otra cazafortunas, aunque mi favorita, Bella. Se echa toda una intro cantando que "quiere más que vida provincial". Obvio que la Bella no era tonta y cuando vio la oportunidad de cambiar su vida de aldeana por el castillo de la Bestia, tomó la oportunidad. Pero vamos al papá que no hace ni el más mínimo esfuerzo por quedarse en lugar de ella. 

Quizá esta película me guste más por la Bestia -grrr-, porque, como a todas, me gusta vivir engañada creyendo que hasta el más basura de los hombres puede cambiar (yo lo llamo el "síndrome de Betty la fea"). De verdad, ellos son de las pocas parejas que se conocen y se enamoran ANTES del "vivieron felices para siempre".Él la salva de los lobos cuando huye (cuando ella lo cura es tan tierno), pero ella es la heroína que regresa a salvar a la Bestia cuando Gastón está a punto de matarlo y el último pétalo de la rosa está por caer. Una de las mejores escenas es cuando la Bestia se transforma en el príncipe y la Bella no lo reconoce hasta que lo ve a los ojos. Los objetos que hablan -Lumière, Din Don, Chip y la señora Pot- solo la hacen mejor.

 Otra que quería más de la vida era Ariel (La Sirenita), a quien no le bastaban todos los peces en el mar y se enamora de Eric, un humano. ¿Cómo pudo estar tan dispuesta a sacrificarse por alguien a quien no conocía? Solo en Disney pueden pasar esas cosas, visitar a la bruja Úrsula, dejar la voz y salir con piernas para ir en busca de tu amado. Cero de razón y sentido común.

 Eric es otro al que presionan para que se case. Él vive enamorado de la voz de la mujer misteriosa que lo salvó de ahogarse en el naufragio y cuando encuentra a Ariel en la playa, la recoge y se la lleva a su palacio como todo buen samaritano, esperando que sea ella pero desilusionado al ver que es muda.

Sebastián hace todo lo que está a su alcance para lograr que Eric bese a Ariel porque, como en todas las películas de princesas, el beso es indispensable, la solución a todo (y no la raíz de todos tus problemas como puede ser en la vida real).

 "Bésala" tiene que ser una de las canciones clásicas de Disney, aunque cada vez que trato de acordarme de la canción, termino cantando una de Bacilos con Celso Piña.





Eso sí, Eric está presto a dejar a Ariel cuando aparece la mujer misteriosa (Úrsula con voz de Ariel). Quiero creer que es a causa de los hechizos y embrujos, y no que Eric no fuera constante en sus afectos y cambiara rápido de opinión al aparecer la primera mujer que se le atravesó. Por suerte, llega el rey Tritón a solucionar todo y se van navegando casados, ella con piernas y con voz, hacia el horizonte con un arcoíris encima.

Se habrán dado cuenta que no todas las princesas nacieron princesas, pero siempre terminan con el príncipe 100% de casta. Hay una que decidió degradar su pedigree real y se casó con Aladino, el "Slumdog millionaire" original de los barrios de Bombay, Mumbai o como se llame actualmente.

Jazmine, la primera princesa fuera de Europa, prefiere ir a volar a "un mundo ideal" en la alfombra mágica de Aladino que casarse con el hombre que le elija su padre, el Sultán. Bravo por la primera princesa en "seguir su corazón" y quedarse con el pobretón, pero de buenos sentimientos, joven plebeyo.

Solo un paréntesis: ¿han notado que el suegro de la Cenicienta y de Aurora, y el papá de Jazmine y Bella son idénticos o muy parecidos? A veces, en mi mente infantil, me gusta pensar que es el mismo actor que por los estereotipos del casting ha tenido la suerte de encontrar varios papeles de viejito canoso, medio pelón, bonachón y bigotón.

 Es más, si imagino mucho e imagino bien, puedo ver a todos los personajes de Disney coexistiendo en el mismo universo y siendo contemporáneos. Las princesas reuniéndose en alguna visita oficial al otro Reino, o coincidiendo en un baile, o quien sabe, conociendo al mismo príncipe (el de la Blancanieves se parece bastante al de la Cenicienta). Todas serían amigas o rivales, quien quita-. 

Volviendo adonde estábamos, hay más princesas que, aunque no son de Disney, perpetúan las mismas ideas que las películas antes discutidas. La princesa Odette (de "The swan princess") tiene que esperar en el estanque a que el príncipe la llegue a rescatar del embrujo del hechicero.



Y Pulgarcita (de "Thumbelina") pasa una serie de peripecias antes de que el suyo la rescate -que conste, no es Pulgarcito sino uno con alitas que vive en las flores con las hadas, o algo por el estilo-.




Para mí, Mulan entra a la categoría de princesas. Está bien, lo sé, no era ni llegó a ser princesa, pero simplemente me gusta porque es heroína. Es la mujer más integral de todas las de Disney. Honra a su familia, a sus ancestros, a su país, ¿qué tiene si se viste de hombre para hacerlo? Es la que sigue una trama que no es de amor, pero en la que al final la heroína lo consigue, porque tiene un hombre que la respeta por su carácter, no porque le cante a los pajaritos, sepa hacer la limpieza o se vista para el baile. Es la única que sirve de modelo a las niñas, les enseña algo más que sentarse a esperar que llegue el príncipe a darles el primer beso de amor para salvarlas de lo que sea.

 Creo que lo de los besos, es un trauma en Disney. En "El diario de la princesa" hacen el mismo escándalo por el beso y si se te movió el pie o no. Esa es una de mis partes favoritas, cuando el bicho le dice "Why me?" y ella le responde "Because you saw me when I was invisible". 



Ah, y ya que esto es -literalmente- el cuento de nunca acabar, Disney está preparando dos nuevas películas de princesas: "The princess and the frog" para el 2009, (donde veremos a la primera princesa de color), y "Tangled" para el 2010. Tal vez después de "Encantada", esas historias se adapten a la realidad del siglo XXI.

Entonces se estarán preguntando, si pienso todo eso sobre las princesas, ¿por qué vi "Encantada" ayer? Porque a Giselle la sacan del mundo de los cuentos de hadas para darse cuenta de que, en la vida real, la gente se enoja, las cosas te salen mal, la gente no es amable y las relaciones hay que trabajarlas porque no basta con el "verdadero beso de amor".



Eso y porque James Marsden es el príncipe azul más encantador de todos y porque McDreamy es simplemente irresistible. Ah, y porque me gustan las canciones (otro legado Disney).

A veces me debato sobre si las películas de princesas son para bien o para mal. Tal vez haya sido un poco cínica al respecto, pero en el fondo me gusta verlas cantar y hablar con los animalillos del bosque, ver a los príncipes sortear las adversidades todo por el beso de amor, ver a los villanos interponerse entre los amados (aunque si se fijan, los villanos nunca están en contra del amor, sino que por lo general buscan poder y los amados son los que simplemente están en medio de todo). 

Pero, el hecho de que me gusten, ¿las hace buenas? ¿Es ese el tipo de mensaje con el que quiero que mis hijas -no nacidas- crezcan? O, ¿el hecho de que sean tan irreales las hace lo suficientemente malas como para tratarlas como arteficios maquiavélicos para mantener engañadas a las mujeres?

Sí y no. Son buenas y son malas. Son buenas porque no hay por qué negarles un poco de fantasía en la que creer a las niñas de las nuevas generaciones. Que sea parte de su inocencia creer en los cuentos de hadas, al fin y al cabo es literatura (cuando estén grandes, leer Twilight va a tener el mismo efecto en ellas).

Si las mantiene ilusionadas, está bien, son buenas. Pero si se crían niñas ilusas, a las que se les asegura que solo tienen que verse bonitas y nunca opinar para así atraer al príncipe azul, está mal, son malas. No, no son malas, son diabólicas.

 Así que ahí lo tienen, no son ni buenas ni malas, Disney no se ha paseado en nuestra vida amorosa. En todo caso, dependerá de la crianza y la crianza de los hijos depende de los padres, no de los cuentos ni de las películas.

Comentarios

  1. Me parece un excelente resumen de la mayoría de cuentos llevados a la pantalla por Disney, creo que las ilusiones son válidas pero es tarea de los padres y madres hacer poner los pies en la tierra a los hijos e hijas, no sé por qué antes se tenía la fea costumbre de inculcar valores solo a las niñas y los hombres se les dejaba a su libre albedrío. Ahora hay que ponerle freno a los dos y enseñarles que el amor se construye y los sueños son buenos pero hay que tener, como repito, los pies bien puestos sobre la tierra porque los principes son contados y ahora tienen que hacer contratos matrimoniales para no perder sus "fortunas" y las socialité herederas de grandes fortunas solo buscan acrecentar lo que ya tienen, ahí no caben los Aladinos.
    Gracias irreverente por tomarte la molestia de conseguir todos esos videos claves de las películas. Ya pronto te llegará tu príncipe aunque no sea azul. Perdón por la broma.

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  2. Eh.. golpe bajo con lo de Twilight u_u

    Saludos ^^ Buen blog :)

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  3. Hola, vengo de donde Mario, y tal como le dije a él, sos de las mías niña. El post es lo que supuse que era. Felicidades por tener la madurez para disfrutar las películas, reírte con ellas y evidenciar sus pro y sus contra con toda naturalidad. Eso es una mujer pensante. Yo soy fan más de pixar que de Disney y las princesas no son “conmigo” porque siempre me he preguntado las mismas cosas que tú, agregando eso de la mala imagen que le dan a las madrastras (que no siempre son malvadas, hay quienes se convierten en verdaderas madres para los hijos ajenos).

    Alguien como tú debió haber creado Shrek y aquella película que ya no me acuerdo cómo se llama, donde el tal encantador es el protagonista y todas las princesas salen juntas contando sus tristezas.

    y.....tenemos el mismo fondo de blog!!! =)

    Volveré...

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  4. Heyy Rachel!!! jijiji que chistoso seee son buenas todas ellas para dejarte fantasear por un momento, pues la vida real es dificil pero siempre se le puede dar un toque de fantasia no jijijij XD ya quisiera uno que todo se arreglara con el First true love's kiss. Segui escribiendo pleease jijiji cuiidate :D

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  5. Bonita entrada, la verdad.
    Sin duda, seguidor de su blog.
    Saludos, paz.

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  6. RARC: gracias por ser seguidor :)

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