(Des)orden obsesivo compulsivo

Cuando ando en mis días (no esos, otros)

Son lapsos que me dan. Dios sabe que no es todo el tiempo y que trato de contenerme, pero a veces no lo logro. Toqué fondo un día de la semana pasada, cuando cerca de las 2 de la madrugada, me levanté a revisar todo mi clóset buscando una camisa que no recordaba haber guardado. Dos semanas antes, en otro arranque, lo había organizado por colores, así que en la locura actual pensé no tendría por qué costarme encontrar la prenda. Pero no fue así. Y no me pude quedar quieta.

Fui sigilosamente al clóset de mi mamá y tampoco hubo resultados. In crescendo, la manía me llevó hasta el área de servicio, hurgando por todos lados si había señal de la dichosa camisa, otra vez sin resultados. Regresé, más que desilusionada, convencida de que me había vuelto loca, porque nadie en su sano juicio pasa 20 minutos en la madrugada buscando una pinche camisa. Hasta que se me encendió el foco y busqué en la ropa de mi hermana: ahí estaba. A escasos metros del punto de partida de la scavenger's hunt.

Si no busco como loca una camisa, me paso una mañana lustrando zapatos -y no soy ciempiés para pretender que me voy a poner de una vez semejante cantidad de zapatos (y eso que a veces también me pongo a lustrar ajeno)-. Si no lustro, me siento a ordenar alfabéticamente más de un centenar de libros -y no soy bibliotecaria (y eso que ya los tengo enumerados en un sistema no tan bueno como el Dewey, pero efectivo para mí). Y si no ordeno eso, ordeno lo otro, y lo otro, y lo otro, y así sucesivamente. He caído -paranoicamente- en la conclusión de que quizá presento una etapa temprana de desorden obsesivo compulsivo.

No encuentro mejor ejemplificación que el pequeño M-O. de Wall-E, aunque no voy detrás de contaminantes desconocidos -porque lo mío no es limpiar, sino ordenar y organizar-. Por muy disparatado que termine de sonar, creo que lo hago porque busco algo de orden en medio del caos y más que generarme ansiedad... me la quita.

La mente humana es truquera.




Empiezo a creer que mis manías vienen cifradas en el alelo de algún cromosoma en mi ADN, proveniente de las raíces maternas de mi árbol genealógico. ¿Se acuerdan de ella? Algún día les hablaré sobre el eslabón que nos une.

Comentarios

  1. JA.... y eso que no me has visto a mi buscando mi DUI.

    Creo que he perdido los papeles...los de la cabeza pues.

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  2. te podrías venir a dormir a mi casa un dia? encontrarías muchas cosas que he perdido =)

    Realmente, a mí me pasa a veces, no te preocupes, ha de ser normal dentro de lo que cabe

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  3. @Ale: Ja! Eso es lo peor, perder papeles o algún documento (o folletos en época de parciales).

    @Clau: Sí, yo creo que es normal... como si el cerebro de uno trabajara a mil por hora (¡y horas extra!).

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