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Mostrando entradas de 2010

¿Será que atraigo a cierto tipo de personas?

Últimamente me he dado cuenta de que varias de las personas con las que tiendo a conversar son más dadas a hablar que a escuchar, y generalmente lo tolero, pero a veces sí es el colmo. ¿Será que yo atraigo a cierto tipo de personas? ¿O que yo misma me pongo en la posición se pseudo terapeuta consejera? ¿O que yo no me planto como para ser quien haga todo el bla bla bla porque no dejo a un lado mis reservas? ¿O todas las anteriores?

Cuando las cosas te dejan de quedar

¿Alguna vez tuvo una camisa o un par de zapatos que se ponía a diario de tanto que le gustaban hasta que llegó el momento en que le dejaron de quedar? Si respondió que sí, concordará conmigo en lo siguiente, aunque no tenga nada que ver con ningún tipo de prenda de vestir. Hace 8 años yo llenaba la soledad de todos mis sábados o domingos con partidos de fútbol del Manchester United, a tal grado que si no podía verlos en vivo, los dejaba grabando, y si no los transmitían esperaba Sportscenter como agua de mayo para ver los resultados (por favor tome en cuenta de que antes no tenía internet, ni había Facebook ni Twitter). Pasé así, aunque in decrescendo, hasta el final de la temporada 2008/2009. De ahí en adelante, si bien no he abandonado mi gusto por el equipo, dejé de seguirlo cuando menos, tan maniáticamente. Creo que el pasado fue el segundo Boxing Day que no me preocupé en ver fútbol. Mi fanatismo "me dejó de quedar", mi versión en español de algo que en inglés viene a se

De cómo uno se da cuenta de que han pasado los años

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Por algún motivo, relaciono cada etapa de mi vida con los niveles de escolaridad alcanzados. Colegio, universidad y ahora vida laboral/maestría. Pareciera que no tiene sentido, pero así mantengo la noción del tiempo. "¿Adónde estabas en el terremoto de febrero de 2001? -En noveno grado". Sin embargo, recientemente es por otro motivo que me admiro del paso de los años, más específicamente por culpa del Facebook, donde recibo constantes recordatorios de cuánto tiempo verdaderamente ha pasado. Una noche de estas, me quedé prendida de la computadora viendo mis propias fotos de la época en que egresé de la universidad y me costó caer en la cuenta de que ya habían pasado 2 años. ¡2 años! Parecen nada y se han pasado como tal. Tengo 24 años, hace 7 salí del colegio, hace 2 de la universidad, en diciembre terminé el primer año de la maestría. Algo normal, diría yo, en lo que se espera del ciclo de vida. Pero mis "amigos" de Facebook están haciendo lo siguiente: comprometién

Dicen que dando es como recibimos

Yo digo que es cierto. Esta fue la segunda navidad que estuve en la posición de dar regalos propiamente dichos, y con aún más suerte, porque pude alargar un poquito la lista. A mí me gusta regalar, todo el proceso, desde pensar qué le podrá gustar y servir a cada quien, hasta seleccionarlo, envolverlo, firmar la tarjeta y luego ponerlo en las manos del recipiente. Alguien me dijo que debería considerar si las personas a las que iban mis muestras de aprecio, harían lo mismo por mí. Creo que nunca he sido de los que dan esperando recibir, no porque me crea la Madre Teresa de Calcuta del siglo XXI, sino porque la manera en que yo actúo es independiente de lo que hagan o dejen de hacer los demás.  Por algún lado leí que a las personas que son especiales en nuestras vidas, hay que hacérselos saber y notar. Un regalo, por simbólico que sea, es una forma de hacerlo. Una sonrisa, un abrazo y un "Gracias" me bastan, sobre todo considerando que este año le atiné bien a los gus

Descifré Twitter

De nuevo en menos de 140 caracteres Ahí cada quien dice lo que quiere, sea monólogo o diálogo, y lo usa y abusa según le convenga. Ya no se quiebre la cabeza.

Happy Place en venta

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Todos tenemos un lugar feliz al que entramos según la ocasión lo amerite. Generalmente es un lugar acogedor, una colina quizá, muy al estilo de Julie Andrews en "The Sound of Music". El mío se remonta al sonido de los primeros acordes de una canción que rompen el silencio y la expectación de 7 años, los gritos de la histeria colectiva y mi hiperventilación; luces, humo y una figura masculina en contraluz una noche de noviembre. No sabía que ese era mi happy place hasta que tuve que recurrir a él tantas veces... tantas que tuve que tararear mentalmente un concierto completo mientras respiraba hondo. De hecho mi happy place resultó ser altamente efectivo, desde el primer pinchón de sangre hasta la última gota de la anestesia recorriéndome las venas. Empiezo a sospechar que contaminé el lugar más impoluto de mi imaginación, si bien le agradezco haberme sostenido a través de tanta prueba. Ahora decido ponerlo en venta. El precio es negociable y recibo unidad a cambio. ¿

En la salud y la enfermedad

En un tweet leí que solo se sabe quiénes son tus amigos en la cárcel y en el hospital. Tiene sentido. Pero más que quejarse por los que no están ahí en ninguna de las dos ocasiones, a menos que su interés esté de por medio, vale más agradecer a los que sí están, especialmente a los que uno nunca habría pensado que ahí estarían. Aunque yo no soy muy dada a eso de los tweet events, tweet meets y no sé qué tweets más, he de reconocer que fue ahí que encontré palabras de ánimo y muestras de interés genuino, algunas de lectores de este mismo espacio. A todos les quiero reiterar mi gratitud. Menos mal que el internet nos ha hecho menos humanos, a mí me ha demostrado todo lo contrario. Y pues, de aquellos que se espera algo y a la hora de las horas no pasa nada, ya no sé ni por qué me sorprende. En todo caso, siempre es bueno saber... PD. Mi biopsia salió negativa y mi cicatriz -alias, "el chajazo"-, ahí va. El mejor regalo de navidad.

Cerrando capítulos

*** Este post tiene un mes de estar guardado en el último cajón del blog como un borrador. Espero le pueda seguir el hilo a este enredo de fechas y sucesos, en que "anoche" es hace un mes y "mañana" es hoy. *** Anoche, por primera vez en casi un mes, dormí bien. Dormí con ganas, con tantas que no tuve necesidad de dar vueltas en la cama, ni me detuve a pensar en los "pero, ¿y sí?". Solo dormí, confiando en que ya tenía una respuesta -más o menos- definitiva y que todo lo que resta es tomar decisiones, por difíciles que sean. El camino a una respuesta ha sido largo, aunque relativamente corto, y ha sido tortuoso, aunque relativamente fácil; todo para saber si lo malo era solo malo o si era peor (a mí no me vengan con cuentos, podrá decir "benigno" pero eso no lo hace bueno). Y emocionalmente, no me cabe duda, ha sido difícil sobre todo por la angustia que genera la misma espera. De un dolor de garganta y tos, pasé a tener un bulto y de un b

Pero, ¿y si...?

"Tal vez no sea nada", pensó para calmarse un poco, mientras reparaba en la ironía de que un nudo en la garganta le causara otro. No sabía si no lloraba porque el simple acto de llorar dolía físicamente, o porque quería pretender que guardaba la calma. Aún así, era más fácil imaginarse que era "algo", algo de eso que se hereda genéticamente. Pero, ¿y si era algo? ¿y si era algo malo? Demasiados flashbacks de visitas a hospitales, de gente marcada con tinta negra en el punto en que recibirían sus radiaciones, del olor a químicos y tristeza. Demasiados recuerdos de funerales, de gente llorando por gente que ya no está. No, no puede ser ese "algo". ¿Por qué ella? ¿Por qué ahora? "Tiene que ser nada", pensó para calmarse un poco, mientras veía pasar el tiempo, entre las ansias y el pánico.

Oportunismo se escribe con O de Omar Angulo

Hoy resulta que Omar Angulo le escribió una canción a los mineros chilenos . La verdad es que no hay de qué sorprenderse, si tomamos en cuenta que este tipo aprovecha cada velorio que puede para hacerse de sus 15 minutos de fama. La primera vez que reparé en las tácticas enfermizas de promoción de este señor fue para el entierro del estudiante del INFRAMEN, en abril pasado, cuando aparecía en primera plana la mamá del joven llorando, y éste dizque charro detrás. Vaya sinvergüenza, lo repitió en el entierro de la Manyula y del joven futbolista del Metapán. Es como si no pudiera dejar escapar oportunidad alguna de visibilidad. No le basta con pintar con su "omarangulo.com" hasta la última piedra de El Salvador. Si lo vemos con ojos de frivolidad, la estrategia de RRPP que utiliza este fulano no está mal, en cuanto consigue su objetivo de branding. Pero en lo humano, simplemente es repugnante que se aproveche así de la gente. Este grado de oportunismo me asquea y lamentablemente

De los 33 mineros chilenos

No me va a dejar mentir: entre ayer y hoy poco se habla de algo que no sea el rescate de los 33 mineros chilenos que quedaron soterrados en la Mina de San José, en la ciudad de Copiapó (ojo: soterrados, no "aterrados" como insiste en decir mi septuagenaria abuela, aunque no descarto hayan sido presas del terror en semejante situación). Yo me pregunto, después de regresar desde las entrañas de la tierra -por seguirle el juego a las declaraciones proféticas poéticas del Ministro Golborne "Estamos a pocas horas para ser testigos de cómo la madre tierra dará a luz a 33 nuevos hijos"-, ¿en qué tantas cosas se podrá pensar y reflexionar en 70 días de aislamiento? Mario Sepúlveda, el segundo rescatado, decía hoy que había estado en el cielo y el infierno ahí abajo. Otros aseguraban hace días que cambiarían sus vidas al regresar con los suyos. Unos se casarían, algunos pasarían más tiempo con sus familias y, por supuesto, #elmineroinfiel tendría que aclarar las cosas entre

Gratificación instantánea

A veces pienso que me gustaría tener un control remoto para darle fast forward a estos años en que uno aún no halla su lugar en el mundo, y así aparecer en la escena en que ya todo está establecido. No sé por qué a veces queremos las cosas para ya, como por arte de magia, sin necesidad de aquello de "prueba y error". Cuando la realidad es que las cosas que más cuestan son las que más se valoran, las que toman años, que uno ni cuenta se da de que lo logró hasta que ve en retrospectiva el camino que ha recorrido, que la mayoría de las veces no es en línea recta, sino lleno de desvíos. Olvídese de la gratificación instantánea y trabaje por lo que tanto quiere.

Ira

Esta entrada habría tenido (más) sentido cualquier día de la semana que recién pasó. Entre quemar neuronas terminando tareas a las 2-4 de la mañana, asimilar cambios sustanciales en mi vida personal, lidiar con disconformidades en la vida familiar, caer en la cuenta de que no tengo vida social y enfrentar el inminente estancamiento profesional, estos días, por decir poco, han sido... malos. Sospecho que no es coincidencia que todo se te junte cuando las cosas van mal. Por el contrario, pareciera que está en los planes del cosmos que cuando te toque colapsar, lo hagas en una escena similar a la de un edificio que se desmorona después que un movimiento telúrico mueve sus bases. Pues bien, a mí me movieron mis bases. Mi problema no es tanto quebrarme, como que no sé hacerlo. Para mí, desde siempre, ha sido casi imposible expresar o compartirle mis sentimientos a alguien. Sin importar cuánto necesite desahogarme, no sé hacerlo. Al menos, no sé hacerlo bien. Por eso, cuando mi sistema

Una familia moderna

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Para usted que creció acomplejado porque su familia no era "normal" y se pasó la mitad de su infancia haciendo dibujitos en que aparecía una casa blanca de techo rojo (con todo y chimenea) y cuatro muñequitos "de palitos" (papá, mamá e hijos) saludando en el jardín y que además le dibujaba una carita alegre al sol que salía en la esquina superior izquierda de la página de papel bond tamaño carta, "Modern Family" es para usted. El nuevo programa de Fox, aparte de ser muy, muy divertido, expone nuevos tipos de familias cada vez más comunes: la típica familia americana (papá, mamá, 3 hijos); la familia recompuesta/bicultural/hombre mayor-mujer joven (ésta es particularmente chistosa, con Al Bundy como papá y Sofía Vergara como mamá); y la pareja gay que adopta a la beba vietnamita (otros que provocan carcajadas). Ah, y todos son familia entre ellos. ¿Si eso es una familia moderna? Supongo que sí, tanto como aquellos . Son familias de la TV para tiem

Envidia

De todos los sentimientos, éste es del cual podríamos prescindir los humanos. Habemos quienes lo hacemos en el más absoluto silencio, como si nosotros mismos no quisiéramos darnos cuenta de que envidiamos al otro. Porque si estuviéramos conscientes tendríamos que detenernos a examinar a ese monstruito que nos corroe desde adentro... una tarea muy desagradable. Quizá incluso nos da pena admitir que sentimos envidia. Hay otros que envidian públicamente, a veces de las maneras más escandalosas y ni siquiera se dan cuenta, porque su envidia se disfraza de habladurías, de sarcasmo, de críticas, de poner en entredicho por qué el otro tiene lo que él desea. Conozco a varios de estos envidiosos, algunos son de lo más patético, otros me dan lástima. Probablemente usted también conoce un par de envidiosos, también es posible que usted sea el objeto de algún tipo de envidia, pero lo más seguro es que usted lleva ese monstruito adentro, en este preciso momento... corroyendo sus vísceras y envenen

5 cosas que eran buenas de ser niño

La vida sigue un ciclo y sería injusto decir que una etapa es mejor que la otra. Simplemente son diferentes. Eso sí, hay que admitir que hay cosas que eran buenas de ser niña o niño: No hay que tomar decisiones. Sí, la vida es de decisiones, pero cuando uno es niño, los grandes dilemas de la vida no pasan de qué vas a comer, qué hay en la tele y "quiero ir al baño". ¿Cuándo ha visto a un niño estresado?  Las películas para niños. Visualmente son más atractivas. Cuesta menos entenderlas, a pesar de que el mensaje sea igual de complejo que cualquier otro filme que se precie de intelectualoide. Aparte, los personajes son más graciosos. ¡Necesito decir más? Se puede jugar con cualquier cosa porque cuando los recursos escasean, la imaginación abunda. A las pruebas fotográficas me remito. De adulto, vivirá comprándose juguetes -laptops, TV's pantalla plana, cámaras digitales, iPods, Blackberry, etc.- y seguirá igual de aburrido que al principio.  Colorear. Simplemente e

Restricciones no aplican

Un día de estos entré a uno de los jardines probablemente más hermosos que he visto en mi vida. No me pregunte cómo se llamaba cualquiera de las flores porque no tengo ni la más mínima idea. Esas clases en la escuela de "Sea mujercita" me las perdí. Lo curioso fue que, cuando se acabó el sendero empedrado, no supe qué hacer. No había nadie alrededor y volví a ver a todos lados por si había un rótulo que dijera "No pisar el césped". Enseguida reparé en que, en todo caso, ¡la grama está ahí para pararse en ella! así que en un acto de rebelión, me paseé por el jardín de arriba para abajo, perdiendo cuidado de qué había debajo de mis tenis. ¿Con cuántos rótulos de "No haga esto" y "No haga aquello" nos topamos todos los días que ya ni siquiera cuestionamos aquello que nos prohíben ni de dónde proviene tal restricción? Ja. Yo pisé el césped. ¿Y qué pues?

Las crías y la manada

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Un día de estos vi entrar a un niño de no más de 2 años a un banco. Desconozco si iba a hacer depósitos o retiros. Tal vez iba a consultar su estado de cuenta. Iba vestido de pantalón caqui y una camisa amarilla tipo Polo. Lo que delató su edad fueron sus zapatos de colores y con figuras de leoncitos. No medía más de un metro. Calculo 75 centímetros a lo sumo, aunque no tengo ojo de buen cubero. Ya caminaba, con ese ritmo de los bebés que se van tambaleando y uno siente que al próximo paso se tropiezan. Aún no hablaba, pero hacía ese intento por comunicarse con el papá. No sé qué le quería decir. A mí solo me sonó a sñldkñsoiwiofjiucn. En ese momento, cuando lo vi tan frágil e indefenso, me entró algo de pánico. Era como ver a Bambi tratando de dar sus primeros pasos. Entonces pensé: "¿Cómo se supone que en algún momento de mi vida yo sea capaz de cuidar de la vida de otro?". Aunque se ven lindos, ¿verdad? A veces, no sé cómo, me detengo a examinar las cosas como

Un sábado por la mañana

Sin oficio Son las 10:13 a.m. y no hallo qué hacer. ¿Es eso normal? En lo que va de este año, mis sábados en la mañana han sido empleados, en su mayoría, para dormir hasta el mediodía, en un intento de reponer las horas robadas al sueño durante la semana y porque, a estas alturas, simplemente estoy cansada. Otros sábados han sido destinados a hacer mandados. Ir de un banco a otro, pagando cuentas, propias o ajenas. Un eventual desayuno con una amiga o la reposición de una clase. O, si se amanece tarde, ponerse a ver televisión para mientras llega el mediodía. Y si no hay nada mejor qué hacer, encender la computadora y conectarse un rato. Hasta que llega un sábado como hoy, en que se amanece temprano pero no se halla qué hacer. Cuando no dan ganas de ver tele, todos los feeds ya fueron leídos, y Facebook y Twitter resultan aburridos. Vi "El manual de la perfecta cabrona" tirado por ahí, pero no me dieron ganas de leerlo. Llegué a pensar que bien podría avanzar en la revisión

Balde de agua fría

No hay nada más rico que bañarse. Estoy hablando de una buena ducha, de esas en las que te restriegas hasta la conciencia. De las que solo te das cuando tienes tiempo, para sacarte el shampoo de la cabeza como si fuera anuncio de Herbal Essences y, de ser posible, repetir. De las que te dan ganas de ofrecer un concierto bajo la regadera sin que nadie te diga que no sabes cantar. De esas que te caen, literalmente, como balde de agua fría, para que avives y termines de despertar. Son de esas pequeñas cosas de la vida.

De la Manyula, lo "salvadoreño" y los espacios públicos

Recuperar lo antiguo y crear lo nuevo Este blog no se presta a segundas partes, es decir, a secuelas de otras entradas. De hecho, no estoy segura si ésta califica como una continuación de la anterior, acerca del fallecimiento de la querida Manyula . Más bien es una reflexión menos apresurada de por qué el deceso de la elefanta ha calado tan hondo en mis compatriotas. Sí, ya sé que el día de los hechos dije que me había burlado de la gente que salía sollozando por la Manyu, pero le confieso que a mí el que de verdad me tocó el corazón fue Raúl Miranda, director del zoológico. Él sí logró ponerme aguados los ojos, desde que anunció el fallecimiento hasta que leí su despedida a la que en vida fue su compañera durante 12 años. Si lo recuerda, le dije que el luto no es tanto por la Manyula como por la infancia compartida por todos los salvadoreños. Por ahí va mi observación. ¿Por qué a la mayoría de los salvadoreños nos duele su partida? ¿Por qué compartimos el luto? Bien fácil: la mayoría

El obituario de Manyula

MANYULA (1950-2010) Hoy, después de 55 años como servidora pública, falleció Manyula, la elefanta del Parque Zoológico Nacional de El Salvador. La paquiderma ya pateaba los 60 años. No está de más decir que fue la empleada de gobierno que más trabajó, sin importar bajo la administración de quién fuera. Nunca se tomó un día libre y en vida hizo suficientes horas extras como para ahora tener un merecido descanso eterno. Y aún así, tengo mis dudas acerca de si llegó a cobrar su respectiva pensión. Tengo emociones encontradas acerca de esto...* No me crea (del todo) desalmada. A mí también me dio no-sé-qué la noticia. Tristeza, así como para llorar a moco -de elefante- tendido tal vez no, no llego a tanto. Pero sí algo de nostalgia, tanto por la pobre Manyula como por los recuerdos de la niñez de todos. Respecto a los zoológicos estoy en la misma línea de pensamiento de Ligia, autora de Qué Joder . Simplemente es contra natura alejar a un animal de su hábitat. Creo que todos estamos de

Quisiera ser robot

ON/OFF ... y que así alguien me programe para cumplir con un horario estricto en que trabaje más que Robotina con cortocircuito y así al fin ponerle chequecitos a todos los ítems de mi lista de "To Do's". O que me instalen en la cabeza el escáner más veloz del mundo, para no tener que leer tantas resmas de papel y que todo el conocimiento me quede grabado como por arte de magia. O un drive para USB que permita que todos los ensayos vayan directo de mi cabeza a la impresora, sin necesidad de complicarme tanto la existencia. Pero sobre todo, me gustaría tener un botón de "Encendido" y "Apagado" para que no se me ocurra escribir este tipo de entradas cuando necesito concentrarme en hacer por la vía humana las cosas que describí allá arriba. OFF Distracciones. ON Robotina.

Cerebral

Hoy descubrí que hay dos partes de mi cerebro a las que les gusta darse riata. Una busca que prevalezca la razón y la otra se las da de melodramática y apasionada. A la razón le gusta darle cachetadas a la pasión y casi podría jurar que a la pasión eso la encandila, hace que arme más escándalo para no ser silenciada. Las voy a dejar que lo resuelvan entre ellas. Así se habría leído Sensatez y Sentimiento si Jane Austen fuera alguien sin talento como yo.

Cómo llegué hasta aquí

Al fracaso A veces examino mi vida y automáticamente pienso: "¿Cómo llegué hasta aquí?". La respuesta también la sé: autosabotaje tras autosabotaje. No hay nadie a quién culpar más que a mí. En otras ocasiones, me detengo y pienso: "¿Cómo puedo volver atrás?". No soy la misma que a los 15 ni que a los 21, y sin embargo, estoy en la misma situación que entonces. Siempre regreso al punto de partida. Me dicen que ya sé cómo hacerlo, que si alguien sabe que se puede, ese alguien soy yo. Pero eso no ayuda. Solo me hace sentir mal porque arruiné lo que conseguí no una, sino dos veces. Doy 56 pasos para adelante y me regreso 83 pasos para atrás. Luego doy otros 50 pasos, me quedo a media carrera y me doy vuelta... ya no sé ni cuántos pasos para atrás, atrás y atrás. Un fracaso total. Hay algo autodestructivo en todo esto, porque no tiene sentido seguir haciendo algo que a la larga me hace mal, que me pasa factura (con impuestos e intereses) física, mental y emocionalmente.

Post por si un día me muero

... aunque por lógica ese día va a llegar Un día de estos leía qué pasaba con tu perfil de Facebook cuando morías y cómo tus familiares o amigos podían solicitar que éste se eliminara y en su lugar se abriera un perfil in memoriam. De primas a primeras suena un poco tétrico, pero recuerdo que una vez vi una cuenta en el Hi5 (sí, ya hace años) de una chica que había fallecido y sus amigos le seguían escribiendo en su cumpleaños o le decían cuánto la extrañaban. Aunque no sé si la palabra "normal" aplica para este tipo de interacciones, a mí me pareció un gran gesto que ha de ayudar a muchas personas para sobrellevar el duelo y conservar la memoria de ese amigo que ya no está. Uno no puede prever cuándo va a ser la hora de partir. Entonces la pregunta es ¿cómo puede adelantarse al tiempo y dejarle un mensaje de aliento al que lo va a extrañar? Sin perfiles ni páginas de tributo en alguna red social. A mí se me ocurrió una idea (de hecho, la está leyendo): Cuando tenía 5 años p

Un empujonzote

La fuerza de la NO voluntad A veces siento que necesito que me den, no un empujoncito, sino un empujonzote para hacer las cosas. Y, por si el empujón no fuera suficiente, que alguien más me vaya jalando. Si aún eso no funciona, que me enganchen a una grúa y me vayan arrastrando. Pareciera que me rehúso a moverme de mi zona de comodidad. Necesito obligarme a hacer las cosas. A trabajar, a estudiar, a hacer tiempo para hacer lo que quiero. Porque así no voy a ninguna parte. Me inmovilizo y solo dejo que el tiempo pase y el quehacer se acumule. Necesito darme una cachetada en la cara y reaccionar. Empujarme a salir de este estupor.

Si yo fuera un signo

De puntuación, de entonación o enunciación No podría ser una coma, porque no me gusta separar de manera tajante. Tampoco podría ser un punto, porque me cuestan los finales. Tal vez podría ser un punto y coma; sí, podría ser, porque es una pausa y luego separa. Los dos puntos definitivamente no: no tengo nada qué anunciar; y para los puntos suspensivos.... me falta el suspenso. ¿Y si fuera un signo de entonación? ¡No podría ser uno de exclamación! ¡Tendría que pasármela gritando! ¡Todo el tiempo! Quizá podría ser uno de interrogación, ¿o no? ¿Podría serlo? Ahora me entra la duda. ¿Usted qué piensa? ¿Pregunto lo suficiente como para ser un signo de interrogación? Conozco (más bien leo) personas que de tanto usar (erróneamente) un signo de puntuación, ese preciso signo ha terminado por decirme mucho de su personalidad. Lo más probable es que no se den cuenta de cuánto habla de ellos no solo lo que escriben, sino cómo lo hacen. Sino vaya a usted a pensar por qué dicen que USAR MAYÚSCULAS E

La musiquita de la tele

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No es karaoke, pero pareciera Creo que a estas alturas del blog usted sabe cuánto me gusta ver televisión. Un día de estos me percataba de que uno de mis rituales favoritos es tararear la cancioncita de la apertura del programa. No sé por qué. Quizá es maña mía o será que simplemente me pone de buen humor. En mis años de televidente adicta, estas han sido las canciones que más se me han pegado. Algunas las conocerá, otras tal vez no. La mayoría las sigo cantando cuando suenan al inicio del programa, sin importar cuántas veces ya haya visto el mismo episodio o si me puedo o no me puedo bien la canción. Y usted, ¿canta la musiquita de la tele? Gilmore Girls (Where you lead) : All you have to do is call my name and I'll be there on the next train... Friends (I'll be there for you): ... It's like you're always stuck in second gear, when it hasn't been your day, your week, your month or even your year... Mad about you (The final frontier): Tell me why I

Del orgullo gay

Respete. Viva y deje vivir. Se acabó la primera temporada Glee (lágrima corre por mi mejilla en este momento). Creo que cuando empezaron a transmitirlo por FOX le comenté cuánto me gustaba la propuesta del programa. Lo que no se me habría ocurrido es que, después de 22 episodios, el programa se convertiría en uno de mis favoritos, no tanto por la música -o bueno, también por eso-, como por el contenido. A mi parecer, uno de los personajes mejor logrados es el de Kurt, el adolescente gay que se acepta a sí mismo y vive con orgullo su orientación sexual y su identidad de género (de antemano me disculpo si mezclo términos, sobre todo en un tema en el que el lenguaje importa tanto). En una de las escenas más dramáticas del programa (menos mal que es comedia musical), se ve cómo el papá de Kurt lo defiende ante Finn (el futbolista) por usar una palabra despectiva en medio de una discusión. Quisiera tener la elocuencia para explicarle qué pasó en esa escena, pero mi palabrerío usual se que

Mujeres solteras

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¡Levanten la mano! Por alguna razón siempre me he quejado de la falta de cantantes femeninas que con sus canciones lleven un mensaje de -a falta de mejor palabra- empoderamiento a todas las demás mujeres que, se quiera o no, tienen sus ojos puestos en ellas como modelos a seguir. Mi adolescencia a finales de los '90 y principios del nuevo milenio coincidió con el bubble gum pop de Britney Spears y Christina Aguilera. Quizá de ahí que me queje por la falta de girl power musical, que ni las mismas Spice Girls que tanto lo pregonaban lo transmitían. Y parece que el panorama no cambia. Si usted sintoniza la radio, a lo sumo se topará con alguna canción de Lady Gaga, Katy Perry o Keisha, que hablan prácticamente de nada. En la música masiva es raro encontrar ese oomph o punch que te da cantar algo tipo "I will survive" de Gloria Gaynor (sin necesidad de alcohol, por supuesto). Habría seguido pensando así hasta que me acordé de Beyoncé una tarde de zapping televisivo.

¿Qué está haciendo usted?

La pregunta del millón Ya se quejó lo suficiente por este día, ya se indignó más de la cuenta, ya vociferó todo lo que quería, ya maldijo a todos los pandilleros (que ya es un genérico, porque el problema de seguridad pública no se reduce a "las maras"), ya exclamó hasta por el Chapulín Colorado. Ahora, la pregunta del millón es: ¿qué está haciendo usted por disminuir la violencia en El Salvador? Digo, aparte de echarle la culpa y la responsabilidad al gobierno. Yo puedo responder a esa pregunta, al menos en lo personal. Yo no estoy haciendo nada. Si hay algo de cierto en este año y meses de alternancia en el poder, es que ni derecha ni izquierda han podido resolver problemas que vienen, ante todo, derivados de las disparidades económicas y sociales que vivimos prácticamente desde la conquista. Las pandillas, la delincuencia, el narcotráfico, la migración... todos tienen su raíz, de una u otra forma, en la pobreza y todo lo que ésta conlleva (el acceso a educación, salud, opo

¿Qué ganan?

No se quede con lo que lee: PIENSE Paso la mañana tranquila, de arriba para abajo, de un lado a otro, de una reunión a sacar copias, luego a echar gasolina, después a dejar un vestido al dry cleaner y a tratar de comprar infructuosamente aunque sea una dona para mi hermana que se quedó enferma en casa. Y pues, que me conecto y resulta que allá donde yo anduve tranquila es un armagedón del que ni me percaté. Que los pandilleros se afiliaron con todos los villanos de Marvel y DC Comics, que los marcianos llegaron ya y llegaron bailando el chachachá y no sé qué tanto más. Ah, y que hay un presunto toque de queda que fue anunciado en un comunicado que han repartido a manera de volantes en que piden la colaboración o tomarán "medidas drásticas"... en esas palabras y sin ningún error de ortografía. ¡Por favor! Yo conozco gente con varios títulos universitarios colgados en las paredes de sus oficinas que tienen peor ortografía que estos supuestos mareros. Ah, y aparte, lo firman &qu

Reciprocidad

Pensamientos para acompañar el desayuno Últimamente he notado disparidades en la mayoría de mis relaciones. No soy perfecta, en ninguno de los aspectos de mi vida. Por el contrario, disto mucho de serlo. Pero tampoco soy mala. Quizá por eso, de vez en cuando, me gustaría recibir algo de lo que doy. Que si como hija nunca he dado motivos por qué desconfiar, me den la confianza a cambio. Que si como hermana trato de preocuparme, que tan siquiera pretendan tener un mínimo interés. Que si como amiga podías contar conmigo, tú también hubieras estado ahí para mí. Que si yo hago un esfuerzo para estar con alguien, al menos lo note y no lo dé por sentado. Que si doy, tan siquiera muy de vez en cuando reciba en retorno, por aquello de la reciprocidad. Doy, doy, doy, doy y no recibo. Con justa razón me exigen que siga dando, si yo nunca pido. Ya caí en la cuenta de que estoy cansada de dar y no recibir. Necesito sentirme apreciada. Quiero sentirme apreciada. Merezco sentirme apreciada. Demando

Usted es su blog

Bloguear es algo que se es, no que se hace Yo soy mi blog. Usted es su blog. Y viceversa. A mí no me crea. Fue algo que leí en algún lado y no pude más que darle la razón. Si usted es bloguero, creo que también coincidirá con lo siguiente: "El blog es ante todo un espacio personal, un medio para la expresión de su autor (Huffaker, 2004), que lo experimenta como un "espacio protegido" (Gumbrecht, 2004) porque controla la interacción que se desarrolla en él. Más aún, no es que el autor tenga el control sobre el espacio en el que escribe, sino que ese espacio es la representación de la identidad creada por su autor (Goffman, 1959)...". Estalella, Adolfo. La construcción de la blogósfera: yo soy mi blog (y sus conexiones) . Ya sé que he dicho que este es un blog sobre nada , pero aún dentro de esa nada, no hay nada que no sea "yo" (tanto así que hasta hay días en que me pasa algo más o menos como lo de la caricatura). Así como soy afuera de la pantalla d

Querer y tener que

El sentido del deber "tener que" Ya es tarde. Mañana (que ya es hoy) no me voy a querer levantar (claro, ¿cuándo sí? y peor en lunes), pero tengo que hacerlo. No quiero ir a cabecear a un taller sobre el scorecard balance y no sé qué dashboard, pero ni modo, tendré que hacerlo (toda la semana). Tampoco quiero ir a clases (le he agarrado aversión a este curso), pero tengo que ir. Y, que no se me olvide, aunque no quiera (hoy sí) tengo que leer. Tengo serios problemas con los verbos "querer" y "tener" (que). De tanto que tengo que menos quiero.

Nubes negras

La tormenta regresa Hay nubes negras que nunca se van. Tímidos rayos de sol las penetran y nos dan la falsa idea de que empieza a despejar y que la tormenta se ha ido. En ese breve momento, en que está escampado, el sol calienta más y lo sentimos en la piel. Todo parece ir mejor y hasta hacemos planes para los días soleados por venir. Pero la nube negra regresa -si no es que nunca se fue-, se posa sobre nosotros y anuncia la lluvia de penas, tristezas y preocupaciones. Es como si llegara para burlarse de nosotros por haber creído en algún momento que todo saldría bien. Ayer la nube negra regresó. Maldita. Hoy llueve.

Hermanas

Es complicado Hay algo de la relación de hermanas que es difícil de definir. No es como lo pintan las series de TV ni las películas cursi. No todas las hermanas se sientan a contarse confidencias mientras se trenzan el pelo o se hacen las uñas. Hay unas que ni siquiera se hablan y apenas las une el ADN. Hay otras que al crecer se distancian y cada quien hace su vida por su lado. Si usted es mujer y tiene una hermana tal vez coincida conmigo: ser hermanas es una relación complicada. Sobre todo ser la mayor. Hace 19 años me estrené como hermana. Tenía 5 años cuando nos hicimos 3. En mi inocencia, había aceptado el hecho de que dejaría de ser hija única bajo la falsa idea de que tendría con quién jugar. Eso me dijeron. Lo que se les olvidó decirme es que la niña no saldría de mi tamaño. Menuda sorpresa: esa hermana era una bebé con quien tendría que compartir la atención de mi mamá. No sé si le pasará a todas las hermanas, pero de pequeñas solíamos pelear mucho. Eran batallas campales por

Tourette automovilístico

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#$@%&/! Sospecho que tengo un síndrome de Tourette sin diagnosticar. Es un caso digno de investigación de parte de la medicina moderna ya que los ataques solo me dan cuando me subo al carro. Mientras conduzco salen sapos y culebras de mi boca. Son como tics: bache (blip), gente que se mete en la fila de entrada a un parqueo (bliiip), gente que se "roba" el parqueo que uno está esperando (bliiiiip), gente que se nota que compró la licencia (bliiiiiiip), buseros abusivos (BLIIIIIIIIIIIIIIIP). A veces trato de evitarlo, pero simplemente se me sale la caja de lustre. Tampoco me imagine como cobrador de microbús. Mi tourette automovilístico consiste más en murmuros entre dientes, pequeños momentos de catarsis espontáneos e involuntarios que se quedan en el carro y nunca llegan a los oídos del otro conductor. Es algo más o menos así: (Video cortesía del acervo de don @RQ_80) Es un pésimo hábito y no sé cómo deshacerme de él. ¿Alguna sugerencia? Antes de que m

Me estás haciendo vieja

Hola bicho feo: Hoy cumplís 10 años. No puedo creer que haya pasado una década desde que fui muy emocionada al hospital a esperar que al fin salieras. ¡Es que te tardaste tanto! Ahí estaba yo, de 14 años, emocionada por el primer bebé que tenía la familia en mucho tiempo. Eras bien grandote y de nariz chata. Todo rosadito. Me acuerdo la primera vez que te trajeron para que te cuidara. Pensé que te iban a explotar los pulmones de tanto llorar. Era diciembre y, en un intento por que te callaras, encendí las lucecitas del árbol de navidad. Las viste por 5 segundos, balbuceaste entrecortado "Mi mami" y te pusiste a llorar otra vez. Quería llorar a la par tuya de la desesperación porque no entendía qué te pasaba. Con el tiempo fui aprendiendo trucos para entretenerte. Salíamos a darle arroz a las "cucús", ¿te acordás? Ya ni te vas a acordar de aquí a unos años. Yo todavía usaba uniforme y vos ni ibas al kínder. Tenías un carrito guardado aquí en el que te gustaba salir a

Estoy embarazada

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Es mentira pero necesito atraer su atención Se lo voy a repetir para que no quede ninguna duda ni espacio a la confusión: no, no estoy embarazada -a menos que el Espíritu Santo haya descendido sobre mí, lo cual es poco probable-. Pero un día, de esos en que me dio por ver "16 and pregnant" en MTV, me pregunté: "¿Qué diablos haría si un día me enterara de que estoy embarazada?". Tengo 24 años así que técnicamente no calificaría para aparecer en Aunque usted no lo crea de Ripley. A esta edad muchas mujeres ya tienen hijos, no uno sino hasta 4 ó 5. Es normal. Sin embargo, ante un resultado positivo, no dejaría de pensar desesperadamente qué hacer, cómo decírselo al co-autor de la criatura, a mis papás. Pandemonio mental. No estoy casada (que, aceptémoslo, sería lo de menos), no tengo un ingreso fijo (mucho menos para alimentar una boquita), no tengo casa propia ni quien me cuide a un niño mientras salgo a trabajar para mantenerlo. A mi edad no estoy en condi

De nadie

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Es acta de matrimonio, no registro de propiedad No estoy casada ni tengo planes de casarme al menos en los próximos 5 ó 6 años. Asumo que eventualmente me casaré, pero no sé cuándo ni dónde ni con quién -cuando era adolescente, soñaba que sería con Ricky Martin, pero creo que coincidimos en que eso ya no será posible-. Como buena parte de las mujeres, ya he fantaseado con el día de mi boda, los detalles talvez superfluos como el vestido, la ceremonia, la fiesta, los regalos... esas tonteras. A pesar de que no tengo ninguna prisa por casarme, ni he tomado como carrera profesional eso de hallar marido al más fiel estilo de la Susanita de Mafalda, hay algo que siempre he tenido bien claro: no me gusta eso de "Fulana de" y estoy determinada a no tomar el apellido del valiente que me quiera soportar por el resto de nuestras vidas. Aunque respeto y entiendo el punto de vistas de las mujeres que optan por ser "de" su esposo, a mí en lo personal me da grima esa p

La mujer más hermosa del universo

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¿Según quién? Dicen que la belleza está en el ojo del observador. Sí y no. Claro que lo que a mi me parece "bello" a usted le puede parecer horripilante y viceversa (y ambos estaríamos en nuestro derecho de diferir). Por otro lado, desde que hablamos de cánones de belleza estamos aceptando que, de cierta manera, lo bello se mide con un estándar, tiene sus indicadores, y este parámetro de belleza viene dado, entre otros factores, por la cultura, un "ojo observador" no tan personal, como colectivo. Por eso me da risa que se hable de "la mujer más hermosa del universo" a la hora de celebrar el mayor concurso de belleza. Es probable que exista una transnacionalización de los cánones de belleza, pero simplemente es (y seguirá siendo) imposible que haya una mujer que represente la belleza universal. Lo que es bello para los tailandeses no lo es para los togoleses ni para los noruegos ni para los bolivianos ni para los hondureños ni para los canadienses... ¿v

Brújula

Dirección A veces siento que no sé para dónde voy, pero sigo andando. Es como si guardara la esperanza secreta de que por arte de magia voy a llegar adonde aún no sé que quiero llegar, pero a la vez estoy consciente de que ningún barco a la deriva llega a buen puerto. Necesito una idea, un propósito, un objetivo, una meta, un plan. Necesito conseguir una brújula y empezar a andar con más sentido.

Mi abuelito

Un gran hombre Este día mi abuelito cumpliría 75 años. Hace siete lo celebramos todos juntos por última vez. Mi abuelito no fue un esposo perfecto, tampoco un padre perfecto pero no puedo negar que fue un gran hombre. Un hombre generoso, aún en las ocasiones en que no tenía en abundancia. Un hombre de amigos, de los más amables y hablantines que he conocido. Un hombre de detalles que no escatimaba en dar una docena de rosas a sus hijas para el día de las madres, en ponerles "Las mañanitas" para sus cumpleaños -aunque fuera por el teléfono-, en enviarte una tarjeta deseándote una feliz Navidad o en decirte "Dios te Bendiga hijita linda" o saludarte con un "Hola cipota preciosa". Mi abuelito era un gran hombre, aún con todos sus defectos. Y como un gran hombre lo recordaré siempre, sin importar cuántos años pasen desde aquella noche lluviosa de mayo en que malos hombres, del peor tipo que existen, de los que matan solo por matar, nos lo quitaron de nuestro

Anti-lunes

Mañana es lunes. Qué decepcionante. Generalmente los domingos por la noche, alrededor de esta hora, siento una presión en el pecho. Me entra la nostalgia y, dependiendo de la ocasión, siento que voy a romper en llanto como niña berrinchuda. Es porque sé que mañana es lunes. No me gustan los lunes. Verá, los lunes son los días que designamos para ser el inicio de algo. "El lunes me meto al gimnasio", "el lunes empiezo la dieta", "el lunes voy al banco", "el lunes busco un mejor empleo", nos decimos. Sospecho que, en efecto, nosotros somos los que hemos maldecido el lunes, poniendo tantas expectativas sobre sus hombros. Y por eso, cuando el lunes pasa y no hacemos ni la mitad de la larga lista que nos habíamos propuesto, nos creamos cierta aberración hacia él, porque sabemos que el próximo lunes nos tocará retomar las tareas no completadas. Es curioso pero a pesar de que el martes le sigue al lunes, no dejamos para martes lo que quedó pendiente e