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Mostrando entradas de diciembre, 2011

De los baños femeninos

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En la última campaña publicitaria de una marca de zapatos equis se dan a la tarea de hacerse la pregunta existencial: "¿Por qué las mujeres van al baño en grupo?". Erróneamente le han informado al público que lo hacen -y digo "lo hacen" porque yo voy a hacer mis asuntos yo solita, sin necesidad de barra-, para hablar de los hombres a sus espaldas. Caballeros, lamento informarles que las mujeres vamos a hablar de ustedes, para bien o para mal, en sus narices o a sus espaldas, no solo en los baños, sino en cualquier lugar. Dicho esto, yo tengo la respuesta a por qué las mujeres van al baño en manada. Muy fácil: por bayuncas. Conozco a amigas a quienes tengo en alta estima, que han llegado a los 25 o 26 años, todas profesionales, y aún dicen "¿Vamos al baño?" en medio de una reunión social. Llámeme individualista, pero yo no siento la necesidad de que alguien me acompañe al baño desde que me enseñaron a limpiarme por mi cuenta. Lo que me lleva a u

Manos amigas

El hecho de que el 99.9% de las personas no estén dispuestas a tan siquiera levantar un dedo para ayudarte o que nazca de ellos hacerte un favor, en verdad te hace apreciar el hecho de que el 0.1% restante aún sea capaz de tenderte una mano amiga. A veces me pregunto si acaso yo soy demasiado exigente, siempre esperando que los demás actúen como yo lo haría. No sé por qué lo sigo haciendo, si ya sabíamos que lo mejor es no esperar nada de nadie. ¿Te ha pasado? ¿Qué piensas?

Descarriada

Hace 10 días choqué con otro vehículo. Estuve involucrada en un siniestro, como dicen las aseguradoras. No fue un choque aparatoso. Estúpido sí, pero relativamente sencillo. Esa tarde comprendí por qué la gente dice "una fracción de segundo". Es que por una fracción de segundo mi cerebro se nubló por completo. Iba trazando una ruta mental de por dónde me tenía que meter para llegar a mi casa. Eran las 4:30 p.m., había estado despierta desde las 6:30 a.m. y solo había dormido tres tristes horas. ¿De verdad importa? Cuando le llamé a mi mamá ella pensó que me había quedado dormida porque "me desvelo demasiado". Así toca buena parte del tiempo. Pero nunca me había tocado ir a chocar con alguien porque me pasé un alto. Un alto. ¡Un alto! Yo ni siquiera me atravieso los semáforos cuando están en amarillo. Yo siempre pongo atención. Pero pasa. En una fracción de segundo. Te decía que hace 10 días estamos "descarriadas" en mi casa. El carro ya tiene 10 días d

¿Alguna vez creceremos?

Soy de esas personas que, cuando algo me molesta... pero realmente me MOLESTA... es sumamente difícil sacudirme la idea de la cabeza. Pasa, por ejemplo, que me queda el mal sabor de boca producto de una conversación con alguien con quien, por lo general, sostenemos un diálogo automático de <<"¿Cómo te ha ido?", "Bien, gracias ¿y a usted?", "Bien también">>, pero que cuando nos salimos del guión existe un 90% de probabilidad que la conversación tome un giro desagradable de su parte cuando le da por sacar los temas:  (a) Peso - Predique con el ejemplo. (b) Cuánto gano - Ni que me mantuviera y/o le debiera dinero. (c) En qué vas a invertir tu dinero - Yo manejo mis propios ahorros, muchas gracias. (d) Que no puedo manejar carros mecánicos - Para eso son los automáticos y si no, ahí está el bus. (e) Críticas sin sentido hacia ella  o a ella - No espere que no brinque si las toca a ellas. (f) Todas las anteriores. Hoy es una de esas noches