Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2012

Uno tiene el año que quiere

Imagen
Entonces Facebook me quería enseñar cómo había sido mi 2012. Como buena curiosa, atraída por la novedad le di click. No es como si esperara gran cosa, pero me causó gracia constatar que, de acuerdo con Facebook, este año no hice sino ir a un karaoke por mi cumpleaños, ir a la boda de una amiga y viajar a Las Vegas. Eso representa ¿el qué? ¿El  2.73% del año? Sé que no soy del tipo que documenta todos los aspectos de su vida personal y lo poco que hago no es en forma periódica, pero debo admitir que reducir un año de mi existencia a un par de eventos fue un poco decepcionante. En lugar de quedarme con la sensación de que en 2012 no hice "nada" -lo que sería tanto injusto como falso-, decidí que voy a tener el año que quiero y no hay mejor forma que enlistar 10 wins que me sirvan como recordatorio a futuro. Podría escribir sobre todos los libros que no leí, las películas que no vi, las cosas que no intenté, los avances que no hice, los retrocesos que tuve, pero hoy

Simplemente ¡baile!

Imagen
Reproduzca y después lea En capítulos anteriores mencionábamos que siempre hay una canción de moda que es bailada hasta más no poder en todos los confines de la Tierra. La de turno: el Gangnam Style. En plena fiesta, donde sonaba cualquier canción menos la del coreano PSY, me dio por pensar en por qué bailamos. Estaba ahí, entre canciones de Aniceto Molina y los Hermanos Rosario. Nadie calificaba como bailarín profesional. Me atrevería a decir que la mayoría ni siquiera eran buenos haciéndolo. Pero lo disfrutaban sin que les importara. Eran el mejor ejemplo de aquello de "Dance like no one is watching". No importaba si bailaban "sobaqueado" o como quien raspa minutas con los pies. Había quienes ni siquiera se movían. Otros necesitaban tener un trago en la mano para agarrar valor. Unos bailaban pegados, otros a media legua de su pareja. Unos coordinados, otros cada quien en su mundo. Más de uno bailaba como si se tratara de un ritual de apareamiento. A

De sentirse fail y romper en llanto al recibir un regalo que cree que no se merece

Imagen
Siento una extraña mezcla de alegría y vergüenza al pensar que otros tienen infinitas veces más fe y confianza depositadas en mí, que las que yo tengo. Quisiera poder explicar por qué me cuesta tanto creer en mí misma o por qué no me termino de convencer de que me merezco ciertas cosas. Dijo que me confiaba demasiado de mis capacidades, cuando yo siento que pasa todo lo contrario. No he terminado de dar dos pasos al frente, cuando ya di uno atrás. Todo lo cuestiono. Toda me cuestiono. Últimamente me cuesta no sentirme un Epic Fail, en especial cuando me acuesto y me despierto con una sola palabra en mente: fracaso. Sigo así, aquí, sin hacer algo por levantarme. Es como un círculo vicioso de conmiseración. Como ver el tren acercarse pero no apartarse de los rieles. Casi suicida. Es peor pensar "Yo no soy así" y preguntarse "¿Qué me está pasando?". No reconocerse a uno mismo es la más trágica de las incertidumbres. Estoy perdida. Déjeme que yo me enti

Este corazón

Imagen
Para cuando cumpla 30 ya no voy a tener corazón que me rompan. Creo que es demasiado tarde para pedirle al Niño Dios uno de repuesto. Voy a cumplir 27 años, pero en algunas cosas me siento como si pateara los cuarenta y tantos. ¿Cómo rejuvenecer un corazón maltrecho?

Tus deseos secretos

Imagen
Ya les dije que Pinterest es el sitio más aspiracional del internet. Repineas comida que te gustaría probar, ropa que te gustaría vestir, zapatos que te gustaría calzar, en fin, la vida que te gustaría tener y, obviamente no tienes, porque de lo contrario no tendrías tanto tiempo ocioso para estar en internet. Cuando Pinterest lanzó sus tableros secretos, te enviaban un correo con una linda historia sobre cómo la gente usaba Pinterest en su vida. Pues bien, hicieron una excelente labor de ventas, al menos conmigo. Ya tengo mis tres tableros secretos, todos de alguna manera interrelacionados. Son cosas con las que aspiro, con las que sueño, y de las que siento tanto recelo de compartir con el mundo que, a pesar de que son de lo más normal, me mortificaría que alguien los viera y dijera "Si eso nunca va a pasar" -lo sé, soy rara-. Son como un deseo de esos que no cuentas por miedo de que no se cumpla. Tengo los tableros ahí, llenándose de ideas para cuando llegue e

Asiento 101

Imagen
Este año me puse por meta asistir a toda la temporada del Teatro Luis Poma. Como el resto de mis metas, no lo logré. No obstante, he de decir a mi favor que fue la que más cerca estuve de alcanzar. De todas las obras, hubo dos para las que no compré entrada: una porque la vi la temporada pasada y otra porque era una presentación de danza. Del resto, solo falté a "Incendios", por culpa de otro compromiso. De las demás, solo me arrepiento de haber ido a ver "El cavernícola", porque también la había visto en 2011. Si bien esta entrada la imaginé como una reseña de todas las obras que vi desde el asiento 101 (Dios bendiga la compra de entradas por internet), terminaré por apuntar únicamente dos ideas. Por un lado, aunque varias obras me gustaron, la que más me gustó fue "Marx ha vuelto", un magnífico monólogo con un gran actor. Sin dudarlo dos veces, la volvería a ver. Por otro, qué diferencia hace para el espíritu descubrir algo diferente cada ci

Cuando las cosas no dependen de uno

Imagen
A veces pasa que cambiar las cosas no depende de uno, y que por el contrario, uno depende en algún grado de que las cosas cambien.  De un tiempo acá, he llegado a pensar que existen dos alternativas: a) intentar cambiar la mentalidad de quien sí tiene en sus manos la posibilidad de cambiar las cosas; y b) dejar de esperar que las cosas cambien. Sin embargo, no deja de ser frustrante que el que puede cambiar las cosas sea incapaz o no tenga la voluntad de tomar la decisión. Supongo que al fin y al cabo, a ninguno nos gusta sentir que dependemos de alguien más.

De la inutilidad y otros defectos

Imagen
Mi mamá, como buena mamá, viene con sus frases magistrales llenas de sabiduría, y por qué no, también vienen con regaños incluidos. Su obra maestra es la exclamación "Que inutilidad más grande", que utiliza para referirse a todo lo que hacemos mal, o no lo suficientemente bien, o rápido o a su manera. ¿No doblaste bien la ropa? Que inutilidad más grande. ¿No subiste esto cuando te lo pedí? Que inutilidad más grande. Lo curioso es que mi mamá sabe exactamente por qué somos tan inútiles: se lo adjudica a sí misma. "Yo las he hecho inútiles", te dirá sin pensarlo. Y tiene algo de razón. ¿Pero acaso no todos nos hacemos un poco inútiles a nosotros mismos? No sé planchar correctamente, no me gusta lavar, a veces cocino bien, a veces cocino bien mal, me da una pereza gigantesca hacer limpieza, me da guácala limpiar el baño, dicen que trapeo mal. Entre mis muchos defectos está no solo ser inútil para estas y otras tantas cosas, sino también no hacer el inten

It's Christmas, bitch

Imagen
No entiendo por qué la gente se toma fotos frente al árbol de navidad en los centros comerciales. No entiendo por qué se exponen al peligro (y el ridículo) de una venta de medianoche. No entiendo por qué queman el pisto en pólvora. No entiendo el por qué de tanto fuzz. Será porque en estas 26 navidades que llevo la emoción ha ido en declive. Diciembre llama y al otro lado del teléfono una voz dice "It's Christmas, bitch". Sin poder remediar el paso del tiempo, que corre les guste o no les guste, otra vez es esa época del año. En mi experiencia, cada navidad es más aburrida que la anterior conforme vas creciendo. La celebración familiar no es sino un compromiso contractual en el que ni el menú ni las conversaciones cambian año con año. El grado de disfrute se puede medir fácilmente con la hora a la que te vas a dormir el 25 y el 1o. Mientras tanto, hago un esfuerzo por dejarme llevar, cuando menos, por el espíritu del consumismo, el lenguaje oficial de la n

Vencida

Curioso cómo empiezas a escribir dos o tres párrafos de una entrada, y en medio de hilvanar argumentos te detienes y piensas "Bah, no va a cambiar nada, no puedo hacer que (los demás) examinen lo que piensan o reconsideren su manera de ver el mundo". ¿Por qué nos damos por vencidos? Digo, en general. ¿Lo hacemos porque ya intentamos por un tiempo? ¿Porque hay batallas que se pierden antes de empezar? ¿Porque no nos equiparamos al rival? ¿Porque la batalla ya nos drenó mental y emocionalmente? ¿Ya no tenemos energía? No vale la pena. (*) Esta entrada aplica para tantas cosas, menos para la que estaba escribiendo inicialmente.

Harta

De todos De nada De todo De nadie De la soledad De la compañía De estos De aquellos De ellas De él De él también De mí De lo que era De lo que no soy De lo que sigo siendo De lo que no seré Del tiempo De la ausencia Del ruido Del silencio De la luz De la sombra De mí otra vez De los demás De la vida De la muerte De las circunstancias De la falta de circunstancias De seguir De parar De todo Simplemente harta

Agarrar cariño

Uno sabe que quiere a alguien cuando desea lo mejor para ellos y se alegra genuinamente cuando los ve felices. Es tan complicado esto de agarrarle cariño a las personas, y tan simple a la vez. "¿Será normal?", le pregunta la cabeza al corazón. "¿Quién quiere ser normal?", le responde este último.