Obsolescencia

¿Se acuerda de estos?


Pasa que tuve guardadas las fotos de mi graduación por más de tres años porque nunca tuve la iniciativa de buscar un álbum. Creo que lo más seguro es que ni siquiera tendría fotos impresas de no haber sido porque las tomó un fotógrafo de esos que asisten a los actos de las universidades y luego te vende el paquete.

Determinada a que ya no estuvieran en el fondo del cajón, me di a la tarea de comprar un álbum. ¿Se acuerda de esos? Pues resulta que están en peligro de extinción. De los cuatro lugares a los que fui, antes de ir a parar a Sanborns, en tres aún tenían álbumes, pero de los de bolsita para fotos 4x6. Aquellos anticuados  que traen páginas adhesivas son una reliquia.

Por suerte, en la cadena mexicana de los buhos tenían suficientes tipos de álbumes para escoger y pude terminar lo que me había propuesto -para mucho agrado de mi mamá, quien por años se encargó de documentar nuestras vidas.

Lo más conveniente sería comprar uno de esos marcos digitales en los que solo basta meter una tarjeta SD para ver mil fotos. Ni siquiera imprimo fotos -a diferencia del cliente que dejó 890 fotos para imprimir en Pricesmart, true story-, pero en el nombre de la nostalgia, una parte de mí se resiste a dejar de tener en papel una mísera evidencia de los momentos vividos, suficiente para transportar a la memoria en razón de tiempo y espacio.

Claro, ahí entra la obsolescencia (la palabra existe, búsquela). Cuando dejemos de imprimir fotos -al menos tanto como para que ya no resulte rentable-, los álbumes se unirán a la larga lista de cosas que tendremos que explicarle a nuestros hijos qué eran y para qué servían. ¿Qué era un diskette? ¿Qué era un disco compacto? ¿Qué era un rollo? ¿Qué era un VHS? ¿Qué era una revista?

Quizá nosotros también ya estamos en camino de volvernos obsoletos, comparados con quienes vienen detrás de nosotros. En todo caso, me emociona lo que está por descubrirse.

(1) No confunda nostalgia con resistencia al cambio.
(2) Es curioso como en Sanborns encuentras cosas que ya en pocos lugares venden: CDs, DVDs, y para el caso, álbumes de fotos.

Comentarios

  1. Yo no sé si tengo costumbres de viejita o qué, pero me emociona imprimir mis fotos y guardarlas en álbumes hahaha... saludos :D

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  2. Algunos dirán que son costumbres de viejita, pero a mí siempre me alegra el día abrir un álbum viejo para ver fotos y recordar. ¿Que si lo puedo hacer viendo fotos en Facebook? Sí, lo hago. Pero no es lo mismo pasar los dedos sobre una foto de 1900 ayer que hacerlo con el monitor, ¿o sí? Gracias, como siempre, por comentar :D

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