De autoeditarse

En febrero empecé a escribir una entrada llamada '10 cosas que ODIO con cada célula de mi cuerpo'. A falta de un par de cosas para redondear la lista, escribí el siguiente párrafo que cerraría la entrada:

"También odio, por ejemplo, haber empezado a escribir esta entrada hace 19 días. Que no me guste. Que no la sienta. Que no pueda dedicar tiempo a pensar bien una tan sola idea".

Acabo de decidir no publicarla. No todavía. Habrá párrafos que tal vez rescate y los meta en otra entrada. Pero es que no me gustaba. ¿Por qué le voy a poner mi firma a algo que no me gusta? Que no me convence, que no me apasiona.

Y entonces, al escribir el párrafo anterior descubrí que ese es uno de mis mayores problemas en la vida. O en la suya también, no sé.

Son pocas las cosas que podemos darnos el lujo de hacer por convicción. En el colegio estudiamos cosas que no nos interesan. En la universidad hacemos proyectos que no nos importan. En el trabajo, pues, digamos que con frecuencia no somos nosotros los que hacemos la descripción de nuestros puestos.

Quisiera tener un gran párrafo con una conclusión que los llevara a la reflexión. La realidad es que no tengo respuesta a mi propia pregunta.

Solo sé que a veces salen cosas buenas de autoeditarse tanto. ¿Por qué no he de pensar en cómo mejorar cada línea? De este blog o de esta vida.

Y si eso es "existencialismo", llámenlo como quieran.


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