La felicidad fabricada

Estoy en una racha de días en que por momentos me siento súper feliz. No sé si se deba a que este sábado es mi cumpleaños o qué. Empecé a sospechar que toda esta felicidad era fabricada por Spotify, con la mezcla perfecta de canciones de Pablo Alborán en modo aleatorio en mi camino al trabajo. O por una presentación que tuve que dar, para la cual pasé todo el mes preparándome y me dejó sintiéndome realizada nivel GIF de Beyoncé en concierto (sí, este), aunque con una gran nostalgia por viajar. O si fue el bao de panceta de Boca Boca, una suave almohadita de sabor 😍. O el cardenal que me comí de postre 💕. O la secuela de "Los Increíbles" y el corto animado que pasaron antes de la función, "Bao".

¿Se puede fabricar la felicidad? ¿Puede una curar cada experiencia de su vida para procurar que esa burbuja no se rompa? Para que sigamos bailando y cantando, sonriendo sin mayor motivo. Sintiéndonos felices e ignorando las demás emociones que se van acumulando debajo de la piel o que se anidan en el estómago. ¿Se puede? ¿Podemos pretender por tanto tiempo? ¿Será una felicidad real? Y, ¿tan siquiera importa si es real? ¿Qué diferencia a mi felicidad inducida por Pablo Alborán y Spotify de una con otros motivos? ¿Es menos válida mi felicidad fabricada?

Mientras tanto, un par de canciones más no le harán daño a nadie.




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