¿Me puede devolver mis pensamientos, por favor?


Hace un tiempo acepté, o me resigné, a que mi tiempo no me pertenece. Recibo dinero a cambio de él. Así es como funciona el sistema, ¿o no? Pero de un tiempo acá, me preocupa caer en cuenta de que mis pensamientos tampoco me pertenecen. La rama en la que yo me desenvuelvo, mi trabajo, mi sustento, se trata justamente de pensar y de crear, pero en función de otros. En mi caso, un intangible, "la organización", "la marca". 

El tiempo por el que me pagan lo ocupo para tareas que dependen principalmente de que piense de manera estratégica. Ergo, me pagan por mi mente y, participar de ese intercambio por mis servicios, en la cantidad, calidad y frecuencia esperada, demanda bastante energía. No con esto quiero decir que tengo el trabajo más importante o que es más relevante que otros. Estoy convencida de que hay cientos de miles de profesiones en el mundo que son más vitales para la humanidad, y que demandan mucho más de quienes las desempeñan. 

Solo hablo de que mis pensamientos no son míos, porque para cuando llega el tiempo que me queda "para mí", no queda energía para pensar en otras cosas. Eso, dejando de lado que las ideas sobre el trabajo me persiguen a todas partes y a toda hora. Me persiguen mientras conduzco. Me persiguen cuando estoy intentando conciliar el sueño. Me persiguen hasta mientras me lavo el cabello, aunque admito que algo tiene el champú que produce buenas ideas. Tal vez si mi cerebro fuera normal...

Si mis pensamientos y el espacio en mi cabeza no son míos, es menos probable que las ideas ocurran. Y sin ocurrencias (y sin tiempo), no puedo crear. Y este blog es todo lo que tengo que sea mío. No de una organización, ni de una marca. Mío. Es lo único que he hecho. El único contenido que he creado. Propio. No nacido de una asignación, sino de un deseo personal.

¿Me puede devolver mis pensamientos, por favor?

Comentarios

  1. Ay, me preocupa eso de que los pensamientos laborales no te abandonan.
    Una señal de que estaba super estresada fue cuando un agosto me fui de vacaciones y no dejé de pensar en el trabajo, soñaba con el trabajo...fue horrible.
    Necesitás desconectarte.

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