Un día de perfección improvisada
La Piazza della Signoria y el Palazzo Vecchio Día 4. Mi primera mañana en Florencia empezó con una carrera al restaurante en la terraza del hotel 15 minutos antes de que quitaran el desayuno que estaba incluido en la reservación. El desayuno "gratis", desde mi punto de vista, es una de las mayores ventajas que se debe sacar en cualquier viaje. Desayunar bien te ayuda a postergar un poco la hora de almuerzo o hacerlo más liviano y por ende, más barato (al menos en teoría). Como primer punto en la agenda no existente de este miércoles, atravieso el Ponte Vecchio lleno de turistas. Admiro las vitrinas de las joyerías sobre el puente mientras calculo mentalmente cuánto cuesta en dólares ese dije o esos aretes, para luego conformarme con mirar. En el puente hay un busto adornado con un rótulo prohibiendo colgar candados a su alrededor, so pena de querer una multa de cientos de euros. Al otro lado del Arno, me adentro por las calles estrechas y empedradas de la vecch