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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Un pensamiento final

Que Nueva York es lindo en verano, que me gustaría regresar alguna vez en el futuro y entrar al Lincoln Center, ya sea al ballet o a la ópera, no solo irme a sentar a la fuente, sino de verdad vivir la experiencia del teatro... y otras tantas cosas que quedaron pendientes. Que lo que más falta es el dinero y que siempre va a faltar, pero que si usted aparta el tiempo para buscar y rebuscar en internet encontrará varias maneras de ahorrarse unos centavos (como enseñar la Metrocard en Madame Tussauds para un 20% de descuento). Que el tiempo tampoco abunda pero que no hay que andar apresurada, porque al final de cuentas una anda disfrutando y no vale la pena ofuscarse. A veces es mejor detenerse y sentarse solo a ver (como cuando va a la Grand Central Station solo porque sí). Que usted tiene que perder la pena y meterse adonde quiera y pueda. Como la Biblioteca Pública y la exhibición que tenían para conmemorar sus 100 años. Ver es gratis. Oír también es gratis por si halla algún

Luces, cámara y Wicked

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De la experiencia en Time Square y Broadway, déjeme contarle que: a) El Museo de Madame Tussauds NO vale la pena, pero si su acompañante quiere ir, acompáñela/o. Es ridículamente caro, las estatuas están desgastadas, algunas no se parecen a quien las inspiró (e.g. George Clooney) y en verdad no hay tanto qué ver. Ah, y si va por tomarse una foto con Justin Bieber, lleve dinero extra, porque acercarse a él y los Obamas tiene un costo adicional. b) Prepárese para dos cosas: ga$tar en un restaurante temático (Hard Rock Café, Planet Hollywood, etc.) o para hacer una cola interminable en McDonald's (hay uno a la salida de Madame Tussauds). Si no le parece ni una ni la otra, encuentre el Subway que está en la calle de Toys R Us, donde podrá sentarse a comer a gusto (suena tonto, pero no todos los lugares de comida en NY tienen mesas y/o sillas). c) Time Square es un mar de gente SIEMPRE. Las dos veces que caminamos por ahí eran cientos de personas. Llega un punto en que te c

Del otro lado del charco: Brooklyn

Si se aventura a cruzar el puente, allá del otro lado del charco está Brooklyn. Por favor no lo asocie con la tienda que está en Metrocentro. En verdad Brooklyn tiene su encanto, con sus casas y calles antiguas. Puede ir a DUMBO, el área debajo del puente de Manhattan, que es aparentemente el lugar más trendy y ofrece tiendas como la chocolateria de Jacques Torres. O puede ir a su jardín botánico, zoológico y museo de arte, los tres ubicados en el área de Prospect Park, lo que los hace fácilmente visitables en el mismo día. Yo quería hacer todas esas cosas, pero al final no hicimos ninguna. Atravesarnos el puente, aunque estaba contemplado en la To-Do list , surgió de forma espontánea. El puente estaba ahí, nosotros también. Y cuando llegamos del otro lado, lo que se nos ocurrió primero fue ir hasta Coney Island, uno de los lugares que mi hermana más deseaba conocer. Yo... yo ni siquiera voy al campo de la feria, no me gusta ir a Consuma y no me gustan las ruedas que atentan c

Los buseros son como un mal novio

(Permítame hacer un paréntesis). Les das oportunidad tras oportunidad, te prometen que van a hacer algo para que los perdonés y cuando llega el tiempo de que cumplan con su promesa, se hacen los de los panes y te quieren ver la cara de maje. El problema no es que tu novio sea malo, el problema sos vos que seguís aguantándolo. (Tenía que quitarme las ganas de decirlo).

Caminando por la Quinta

Que no pueda comprar, no significa que no pueda ver. Dedique una tarde a pasearse por la quinta avenida. Puede ser al salir del MoMA y caminar desde la 53 a la 58, donde está el Hotel Plaza. Si las piernas y las ganas le dan para más, otra opción es poner como punto de partida la 42, donde está Bryant Park y la biblioteca pública, o comenzar desde la 50 al salir del Rockefeller Center y ver la catedral de San Patricio. En su paso puede pegar la nariz en la vitrina de Harry Winston. Si tiene ganas, métase a Tiffany's, aunque sea al primer piso y vea de reojo los diamantes y trate de descubrir si tienen el precio (1) . La Trump Tower está abierta al público: puede tomarse un café en Starbucks o subir al jardín. También puede entrar a mirujear a Bergdorf Goodman -yo no lo hice a sabiendas de que los vestidos que cuestan más de mil dólares no son lo mío-. Pero usted hágalo porque puede. Eso sí, no deje de entrar a la FAO Schwarz, es el sueño de todo niño hecho realidad. Y si n

¿Esto es arte?

"No jodás, ¡esto lo podría haber hecho yo!", dijo mi alera al ver un cuadro de Miró. No la defiendo por ser mi hermana, ni por haberse bancado ir a siete museos -no siempre voluntariamente-, sino porque en verdad parecía un garabato hecho a lápiz por un niño de parvularia. Entonces, vamos a la pregunta: ¿qué es arte? Nueva York está lleno de museos y galerías de arte. Incluso Long Island, la otrora costa dorada llena de mansiones ahora convertidas en museos. Como dato curioso, así como las salas están llenas de pinturas, esculturas e instalaciones, están llenas de nombres pomposos de sus benefactores, los grande$ patrone$ del arte, mecena$ del siglo XX y XXI. Rockefeller, Frick, Heckscher, Guggenheim, Vanderbilt... casi siempre en parejas: el señor y la señora fulanito. En LI visitamos el Nassau County Museum of Art , donde tuve el gusto de conocer a Richard Avedon ; bueno, al menos sus fotografías. No sé a ustedes, pero a mí siempre me ha gustado el ingenio de Annie

In the jungle, the mighty jungle ♫

Estas son las últimas. Lo prometo *levanta la mano derecha honorablemente*. La última vez que fui al Parque Zoológico Nacional fue en el '99 cuando Manyula (Q.D.D.G.) todavía estaba con nosotros; pero por algún motivo y sin ninguna razón se nos metió en la cabeza que queríamos ir a un zoológico del "primer mundo". Antes de que un treehugger se me abalance como un león a su presa, solo diré que hay cosas que no cambian, pero otras en que es notorio que, al menos en otras partes del mundo, los zoológicos trabajan orientados a la preservación de las especies. De los cuatro zoológicos operados por la Wildlife Conservation Society (WCS) en NY, nosotras elegimos el del Bronx , en parte por ser el más grande y en otra solo para decir "Yo me fui a meter al Bronx". Solo la experiencia para llegar al zoológico es un trip en sí misma: en la 54 con Madison tomás un bus express (el BxM11) para el que tendrás que deslizar tu MetroCard (la tarifa del bus es $5.50), so