Llevo casi seis meses planeando un viaje para el que faltan aproximadamente 3 semanas, 27 días, 2 horas y 29 minutos. Si contamos los meses de ahorro, llevo un año más de planeación. De cálculos de rutas, como si fuera Cristóbal Colón. De negociaciones conmigo misma para definir prioridades. De agregar a la lista, de tachar, de volver a incluir, de cambiar de orden, de tachar de nuevo. De infinitas búsquedas en Google que comienzan por "How to...", "Where to...", "What to...". Cómo, cuándo y qués interminables. De consultar todo dos veces con Google Maps. De revisar mapas de metros. De descubrir aplicaciones que permitan hacer todo esto un poco más fácil. De rentar habitaciones a perfectos desconocidos en Airbnb. De mantener, sobre todo, esta búsqueda de la manera más discreta, para mí misma, aunque han habido ocasiones que, de la emoción, no me he aguantado las ganas de comentarlo con alguien. Serán tres semanas que estoy segura que, por más que plan