Yo en el amor
![Imagen](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgV-SXego1kW0S7Y6QRvhzmTtz-NRyZ1-jbA6kn6fjgGJTzgRirVfmC_2bmxik_vHGKxk75WPdCzTVylNsXdFpaIIDIbg06w0P_DNWvQAuRgGIoU5pAcx1S0EFehU4JVb2JbYLupH9N32kM/s640/Rel%25C3%25A1mpago.jpg)
¿Alguna vez han dedicado mucho tiempo a desear algo y, cuando por fin lo tienen, no es lo que ustedes tanto estaban esperando? Algo así me pasó hoy, cuando deliberé por media hora si me "merecía" o no algo dulce después del almuerzo. Aunque la respuesta debería haber sido "No, no lo necesito. Apártate, Satanás", sucumbí a mis más bajos instintos (forever niña gordita 😭). Siendo la persona indecisa que a veces soy, no fue sino hasta la tercera tienda a la que entré que me convencí de comprar algo: un relámpago. Sí, este es un relámpago, también conocido como éclair. Oh là là, señor francés. Al frente del mostrador había una fila de dorados relámpagos con crocante cubierta de reluciente caramelo, y aunque yo sabía que ese bodoquito de pasta choux relleno de crema pastelera no me iba a cambiar la vida, hice mi orden. "Un relámpago para llevar, por favor", a lo que la señorita de la panadería procedió a tomar uno del fondo, que de lejos parecía que