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Mostrando entradas de 2017

Cinco respuestas post-viaje a la pregunta "Why Chicago?"

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And all that jazz 🎵 Cuando el oficial me apartó de la fila a mi llegada en el aeropuerto de O'Hare un sábado por la tarde, me hizo una pregunta que ya había escuchado al menos un par de veces antes del viaje: "¿Por qué Chicago?". Me dediqué a explicarle que un amigo no paraba de hablar de lo mucho que le había gustado, y que yo estaba ahí para ver qué tenía de fascinante, aprovechando una oferta en el boleto de avión y un fin de semana largo. Eran los hechos. Sin embargo, también es cierto que sabía muy poco acerca de Chicago, aparte de que la llaman "la ciudad de los vientos" y es famosa por la pizza de masa alta. Viendo hacia atrás, conocía Chicago más de lo que recordaba, solo de verlo en un puñado de películas como "My best friend's wedding", "Baby's day out", "Ferris Bueller's day off", "The break-up" y en "While you were sleeping" (una de mis películas favoritas 💕). Simplemente no esta

Caminando por Manhattan

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Nueva York es una de mis ciudades favoritas en todo el mundo. Sí, es cierto que no tengo un pasaporte lleno de sellos para comparar, pero estoy convencida de que podré recorrer otros rincones del mundo y seguirá siendo de mis favoritas, adonde seguiré eternamente planeando viajes imaginarios para volver "algún día". Hace un año fue mi turno de regresar a Nueva York y experimentarla de otra manera. Lejos de las típicas atracciones turísticas, sin itinerarios ajetreados, a pie y en silencio, sin WiFi ni datos, entre el otoño y el invierno, y con el espíritu navideño a reventar.  Navidad por todas partes Tomar el tren hacia la estación Penn en Manhattan al final de la tarde y salir de ese mundo subterráneo a una plétora de luces de todos los colores. Cruzar la 34 y ver el edificio de Macy's con su enorme rótulo con la palabra "Believe" ("Cree") y sus escaparates decorados para la época. Avanzar al parque Bryant para ver el mercadillo de

Lecciones de humildad

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Para alguien que considera mantener su ego a raya y no "creerse demasiado", he llegado a la conclusión de que este último año ha sido una lección de humildad, con lo que no quiero decir que la haya terminado de aprender. Hubo un momento del año en que me sentí errada en un área de mi vida, negada de algo que pensé que ya me había ganado a fuerza de trabajo y esto me hizo dudar de mí misma, lo que quizás me dolió más que el "agravio" en sí mismo. Casi nueve meses después, todo lo que puedo decir es, pues,  shit happens . Todos tenemos que darnos en los dientes a veces, como la lechera que llora por la leche derramada al quebrar su cántaro por ir soñando despierta, y este era mi turno. Según el diccionario, humildad es la "virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento". Aunque no suene necesariamente esperanzador, quizás lo que necesito es seguir aprendiendo de mis limit

Esas películas de navidad de Hallmark

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Oficialmente estoy a una película de navidad de creer que si voy a un centro comercial a pedirle a Santa Claus un novio para navidad, él me lo enviará en un plazo de 20 años cuando los corazones de ambos estén listos. O que si saco a pasear a Lucas, mi perro, existe la probabilidad de tener un meet cute  con el amor de mi vida. O que puedo conocer a un espíritu navideño o tener un accidente que me haga viajar en el tiempo, por lo general en Nochebuena, y tener una segunda oportunidad para cambiar de rumbo mi vida. O que puedo conocer y enamorarme del príncipe heredero de un país diminuto de nombre ficticio como Montsaraui, Aldovia o Cordinia. Aunque risibles, todas estas ideas descabelladas provienen de los tramas de películas navideñas, de esas de Hallmark, Lifetime e inclusive Netflix  que este año lanzó su primera producción original de este subgénero. Encuentro difícil justificar cómo cada año caigo en las deliciosas mieles del poder hipnotizador de estas películas predeci

Nada qué decir

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Hace 8 años que comencé este blog creía que tenía algo qué decir. No siempre tenía un tema interesante y probablemente no tenía un estilo de redacción bien desarrollado, pero lo hacía. Nunca fui mucho de escribir sobre las cosas que me pasaban. Más bien escribía sobre cosas que pensaba. Cosas que se me ocurrían en una situación cualquiera y que, al menos en mi mente, tenían cierto humor irreverente. Eso era lo que escribía. En las raras ocasiones que recuerdo mi antigua vida de escribir, llego a la terrible conclusión de que a mis 31 años cada vez se me ocurren menos cosas. No tengo tiempo de pensar. Cada vez soy menos capaz de poner atención a mis propios hilos de pensamiento y ni qué se diga recordarlos días después cuando al fin tenga la disponibilidad (y disposición) de sentarme frente a un teclado a ponerlo en palabras que se tejan entre ellas hasta convertirse en entradas con sentido. Quizás lo peor de todo sea que he perdido la confianza y no sé si realmente soy buena e

Fitspiration

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Cuando estás esforzándote por bajar de peso, como parte de tu plan secreto para recuperar el control o simplemente cambiar tu vida, necesitas apoyo. Alguien que te aleje la mano del galón de sorbete de "Rocky road" o alguien que te diga que está bien comerte un pedazo de pastel de zanahoria de la San Martín porque no somos nada, la vida es prestada y porque tiene la cubierta de queso crema más deliciosa del mundo. Alguien que se anime a hacer ejercicio contigo o a probar cosas nuevas. Me imagino que debe ser agradable tener a alguien así, pero yo no tengo a esas personas en mi vida, un fitness sidekick o una lifestyle change cheerleader . OK, me acabo de inventar esos términos, pero pueden existir personas así en tu vida real. Y si no las hay, Instagram es un buen lugar para encontrarlas. ¿En un sitio donde la gente comparte su día a día en fotos, comentarios y hashtags ? Quién lo habría imaginado *sarcasmo*. Para mí la inspiración o fitspiration  viene de  @haley_j_smith

¿Para qué?

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No sé por dónde empezar porque no sé qué quiero decir. Y la mimosa que acompañó mi desayuno y se me subió a la cabeza no tienen nada que ver. O tal vez sí, porque no solo se me dificulta hilvanar mis ideas -de por sí ya revueltas-, sino también mecanografiarlas de manera coherente. Al menos podré culpar la pobre calidad de mi escritura a mi estado de confusión. De la última vez que escribí a acá han pasado una serie de cambios que amenazan con deshacer todo el progreso que pensaba que había hecho en los últimos meses. Toda esa persona fuerte en la que pensaba que me había reinventado a mí misma, esa que se sentía segura y encaminada a buscar contento con su vida, desaparece día con día, para regresar adonde comenzó o inclusive a un par de pasos atrás. Alguien me dijo que esto es salir de mi zona de confort, pero yo no recuerdo haberme sentido tan confortablemente para comenzar, porque todo se siente una lucha, todo el tiempo. Como nadar a contracorriente cuando por ratos apenas y f

Avances

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Mi peso y yo hemos mantenido una relación amor - odio por mucho tiempo. Casi toda mi vida prácticamente. De niña siempre fui "gordita". Una combinación de malos hábitos alimenticios, comerme mis emociones y nula actividad física que me acompañó hasta bien entrada mi adolescencia, y ahora en mi adultez. Me obligaron a ir al nutricionista por primera vez a mis 15 años. A mis escasos 1.54 metros de estatura estaba en un grado de obesidad media. O en palabras de mi médico de aquel entonces, era una bicha atrapada en el cuerpo de una señora. Un año después había perdido 50 libras a base de una mejor alimentación, aunque admito, cero actividad física. Tan poco estaba acostumbrado el mundo a mi nueva apariencia que en el colegio una vez me apartaron de la clase para cuestionarme si tenía algún trastorno alimenticio. Otra persona me dijo que no importaba cuánto rebajara, siempre tendría las piernas gordas. Aún estando "delgada" la gente seguía teniendo toda clase de opi

Yo en el amor

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¿Alguna vez han dedicado mucho tiempo a desear algo y, cuando por fin lo tienen, no es lo que ustedes tanto estaban esperando? Algo así me pasó hoy, cuando deliberé por media hora si me "merecía" o no algo dulce después del almuerzo. Aunque la respuesta debería haber sido "No, no lo necesito. Apártate, Satanás", sucumbí a mis más bajos instintos (forever niña gordita 😭). Siendo la persona indecisa que a veces soy, no fue sino hasta la tercera tienda a la que entré que me convencí de comprar algo: un relámpago.  Sí, este es un relámpago, también conocido como éclair. Oh   là là, señor francés. Al frente del mostrador había una fila de dorados relámpagos con crocante cubierta de reluciente caramelo, y aunque yo sabía que ese bodoquito de pasta choux relleno de crema pastelera no me iba a cambiar la vida, hice mi orden. "Un relámpago para llevar, por favor", a lo que la señorita de la panadería procedió a tomar uno del fondo, que de lejos parecía que

Observadora participante en Tinder

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Hace un par de días, alguien me persuadió de crear una cuenta de Tinder, una aplicación móvil que se encarga de conectarte con personas con quien en teoría tienes algo en común, basándose en la información que le proporcionaste a Facebook. Básicamente te sugiere personas con quien tienes conocidos en común y que siguen a las mismas páginas. Si te parecen (para lo que sea que andas buscando), los deslizas a la derecha. Si no, a la izquierda. ¿Izquierda o derecha? Descargué la app por curiosidad, aunque convencida de que no me interesa conocer a alguien en este momento, lo cual yo sé suena contradictorio. Adentrarme en ese mundillo era un pasatiempo con fines de investigación, algo así como un ejercicio antropológico, aplicando la observación participante y el análisis de contenido. Porque pues, así soy yo. A pesar de lo que uno se pueda imaginar, Tinder ofrece un entorno seguro. Nadie se puede contactar a menos que el interés sea mutuo y, aún cuando se "hace match", q

Tiempos mejores

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Un día de estos platicaba con alguien sobre cómo pareciera que la tendencia de los tiempos en que vivimos es hacer todo lo posible por volver a tiempos que fueron mejores. Lo vemos en Netflix con "Fuller House" y las "Gilmore Girls". Para muestra, yo me declaro orgullosamente culpable de haber visto cada uno de los 153 episodios anticipando el regreso de Rory y Lorelai a Stars Hollow. También pasa en la música, donde es común ver a artistas tratar de revivir sus años de gloria, con nuevos discos, giras de reencuentro o shows residentes en Las Vegas . Si por el precio de un boleto a un concierto de Magneto y Mercurio puedo regresar a mis 11 años cuando el cassette de "Chicas chic" era una de mis más preciadas posesiones, pues doy por bien servido ese dinero. Héctor, mi favorito de Mercurio, con Alan, mi favorito de Magneto, porque realmente quién recuerda a los otros 4. Tal vez sea porque llegamos a un punto en nuestras vidas en que necesitamos esc

La la land y el enésimo regreso de los musicales

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Solo una persona que no ha visto ni un musical en su vida creería que "La la land" es una película original. Hay escenas que parecen calcadas de películas de Gene Kelly, de " Singin' in the rain " y "An American in Paris". No sé en qué momento de mi vida me convertí en el tipo de persona a la que le gustan los musicales y las películas clásicas. Sin embargo, sí. Soy del tipo de persona a la que los primeros minutos de "La la land" le parecen hasta molestos en su falta de originalidad y exceso de homenajes a los grandes musicales de antaño. Bonita visualmente, pero nada nuevo. Así como "The artist" me pareció simpática (Jean Dujardin 😉), pero terminé con la sensación de que ya había visto la historia antes... ¿adonde será? Ah, sí. En "Singin' in the rain" 😒. Oh boy, oh boy. Ryan Gosling is a natural. Así transcurría la primera parte de la película entre números musicales que aumentaron mi deseo de llegar a mi ca

Nostalgia

Hay días extaños en que la nostalgia se cuela sin invitación, mi cerebro me traiciona y me pongo inútilmente a pensar en las cosas que pude haber hecho de otra manera y si el resultado habría sido diferente. Pero no. Todo es como debe ser. Pasa lo que tiene que pasar. Hoy es uno de esos días extraños, y de ribete, la nostalgia se trajo consigo flashes de un pasado feliz, pero al fin y al cabo, pasado. Aunque yo sé que estos momentos pasan, no puedo evitar desear un botón con el que darle fast forward  al tiempo, como si estuviera en un episodio de "Black Mirror". Para mientras lo inventan, solo voy a dejar que pase, que la invitada no deseada salga, cierre la puerta y pierda la llave.

Viaje de regreso a la adolescencia

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Cuando salió la noticia de que los Backstreet Boys tendrían un show residente en Las Vegas en marzo y junio de este año, lo primero que pasó por mi mente fue que tal vez esta era la oportunidad para cumplir un sueño de adolescencia. Me emocioné, sí. Tanto como mis ánimos de aquellos días me lo permitieron. Pero no era esa emoción exorbitante que habría esperado, como  la vez de Justin Timberlake . Un buen lunes a finales de septiembre moví todas las piezas necesarias para hacerme de una entrada a uno de los conciertos de marzo. Lo compré sin más consulta que referencias de cómo eran las localidades en The Axis, el teatro dentro de Planet Hollywood, y vagas proyecciones de precios de boletos de avión y tarifas de hoteles. "Larger than life". Un nombre pomposo para un show. Por más que he estado tratando de hacer memoria, no recuerdo que a mis 13 ó 14 años cruzara por mi mente la idea de que algún día vería a los Backstreet Boys en concierto. Era así de inalcanzable y