Esta compite para el premio de la entrada más estúpida de las 400+ que van en este blog, o tal vez incluso la más ridícula en la historia del internet, pero me enfrento a una seria interrogante que seguramente ya lo ha atacado, estimado lector, en algún tiempo de comida a lo largo de su vida. Este tratado sobre la ubicuidad de la papita frita no es sino producto de preguntarme por qué diablos el 90% del menú de los lugares adonde voy viene acompañado de papitas fritas. Comensales del mundo, contémplenlo: la papita frita está en todas partes. No solo en restaurantes de hamburguesas, donde es normal que las sirvan y lo raro es, en todo caso, toparse con que a una le ofrecen otras posibilidades de acompañamiento. Hablo de sándwiches (submarinos, paninis, etc.), pitas, wraps, hot dogs, pollo frito y hasta filetes de res importados ("USDA Choice" que le mientan) todos servidos con papitas fritas. ¡Papitas fritas! Nada más. En cualquiera de sus formas, pero al fin y al cabo,