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Mostrando entradas de agosto, 2013

Final

No recuerdo la última vez que me sentí tan feliz de terminar algo. Feliz de continuar con mi vida y, al mismo tiempo, de empezar de nuevo. No sé qué más hay allá afuera. Solo sé que estoy agradecida de haber llegado hasta aquí. Ha sido una prueba de humildad, de carácter, de perseverancia, de locura, de paciencia. Una prueba física, mental, emocional. Llegar al punto de querer llorar un "Ya no puedo". De tener que recordarme a mí misma de qué estoy hecha. Ha sido un proceso de escrutinio tortuoso, de negociar conmigo misma, de ceder, de aprender a confiar y depender de terceros. Llegar a la realización de que a veces no sabemos de qué van a servir las cosas, qué vamos a ganar al final de la carrera. Pero aprender a confiar en el tiempo y su manera de jugar con nosotros. No sé qué más hay mañana. Solo sé que estoy orgullosa de haber llegado hasta el final.

Clasificado #2

Un anuncio que diga: "Se dará recompensa al que pueda devolverme la fe en la humanidad".

Clasificado #1

Un anuncio que diga: "Se busca profesional en devolver sonrisas y dar abrazos".

Justin Timberlake y una noche de fangirleada extrema

Imagen
Viernes 26 de julio de 2013 con el reloj apuntando las 6 p.m. Atravesarse San Francisco de un lado al otro y contar, en medio del tráfico a vuelta de rueda, los rótulos que alrededor del Cow Palace anuncian el festival guanaco que acercará a los hermanos lejanos con su país en la forma de música de los Hermanos Flores, Algodón, Marito Rivera y Aniceto Molina, el colombiano más salvadoreño. Reír un poco ante la ironía de que a ellos les llevan un poco de El Salvador y yo me escapo de El Salvador para llegar hasta allá, después de cinco meses de espera. Llegar a Candlestick Park, en medio del  hood  como bien me dirían. Ver la bahía, sentir el frío hasta en los huesos -aún con tres camisas, un suéter y un abrigo-, y entrar con nervios de los buenos a ese estadio que pronto dejará de existir pero que, sin afán de cursilerías, siempre existirá en mis recuerdos. Porque para esto me voy a los extremos: para tener algo qué recordar. Entro al recinto con prisa innecesaria, pero lo