Entre Christian Grey y salir del clóset
Tengo una confesión que hacer. No me importa si la quieren leer o no. Tampoco me importa si corren a contársela a alguien más. Es que ya nada me importa. No puedo suprimir por más tiempo el deseo de decirles que salí del clóset. Del clóset de las mujeres que leen... novelas románticas. Femeninas. De esas que la sociedad nos enseña a despreciar y ver por encima del hombro. El clóset era un lugar seguro, casi agradable. En serio, me la pasaba bien ahí. Veía en la comodidad de mi casa DVDs de comedias románticas y, cuando me armaba de valor y me despojaba de la vergüenza, también iba al cine a verlas. Sin embargo, si usted también es fan de las chick flicks , tal vez concuerde conmigo sobre que ya no las hacen como antes. No recuerdo cuándo fue la última vez que vi una buena. Una que hiciera click conmigo. Que me diera ganas de verla tantas veces hasta aprenderme los parlamentos. Con esas películas conocí a Bridget Jones. A Rebecca Bloomwood. A Gracie Hart. A Kathl...