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Mostrando entradas de junio, 2019

Promesa

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Esta semana fue complicada, pero a decir verdad no hay semana que no lo sea. Siempre he batallado con aquello del "balance vida/trabajo", en parte porque todo mundo te dice y te hace creer que es normal que el costo de avanzar en tu carrera es tener más y más responsabilidades que te absorben más y más tiempo. Claro, es lógico, ¿pero a expensas de qué? Eso me pregunté un día que salí de trabajar pasadas las 8 p.m. y es algo que ha andado dando vueltas en mi cabeza desde entonces. Aquí entre nos, me entristece trabajar un viernes hasta las 10:30 p.m., o dos noches consecutivas hasta pasada la medianoche. Me entristece que a pesar de que lo hago, el trabajo nunca se termina. Es complicado, y más cuando me pregunto ¿a expensas de qué? Esta semana me pasaron dos cosas. En una plática con una chica mucho más joven que yo, me decía que uno de sus más grandes logros había sido no dejar pasar este año sin estudiar. Esa resolución de decir "No quiero dejar pasar x cantidad de ti

Londres: industrial, moderno y lleno de historia

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< Previamente en el viaje: Amsterdam Vista del Palacio de Westminster y Big Ben desde el London Eye No recuerdo cuáles eran mis expectativas antes de viajar a Londres, pero a mi llegada me enfrenté con una escena sacada de "Harry Potter y el prisionero de Azkabán", cuando Harry viaja en el Autobús Noctámbulo, solo que con menos velocidad. Mi vuelo proveniente de Ámsterdam llegó el mismo día del referendo del Brexit con un retraso por culpa de la poca visibilidad y en el aeropuerto de Luton tuve que ingeniármelas para tomar un bus pues los trenes habían sido cancelados por inundaciones. Llegué a mi Airbnb dos horas después, pasada la medianoche, luego de perderme por cruzar a la izquierda cuando tenía que ir a la derecha y de batallar con una cerradura electrónica, la primera que usaba en mi vida. A la luz del día, caminando por la ribera sur del río Támesis, mi primera impresión de Londres se resumió en las palabras industrial y moderno. De haberme alojado en

Por la calle de la soledad en Toledo

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< Previamente en el viaje: Madrid La respuesta que obtengo cuando digo que viajo sola es más que todo de sorpresa. ¿Una mujer viajando sola? ¿Hospedándose en la casa de extraños y tomando el transporte público? Shock. Una vecina, una mujer entrada en sus sesenta años, incluso me preguntó cómo me había dado permiso mi mamá de viajar sola. Quisiera pensar que estaba bromeando, pero lo dijo muy en serio. Era una cuestión personal. Según ella, no podría viajar sola porque no puede estar sin compañía. Conozco mucha gente así a quienes les disgusta hacer las cosas por su cuenta, como comer solos o ir al cine o a un concierto solos. Aunque respeto esto, creo que proviene del miedo, y como muchas cosas que provienen del miedo, son una carga innecesaria que no vale la pena andar arrastrando. No es manera de vivir. Si no estás viajando porque "no tienes con quien ir", piénsalo otra vez. No tengas miedo de estar sola. Viajar sola es una excelente oportunidad de conocerte a ti m