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Mostrando entradas de 2011

De los baños femeninos

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En la última campaña publicitaria de una marca de zapatos equis se dan a la tarea de hacerse la pregunta existencial: "¿Por qué las mujeres van al baño en grupo?". Erróneamente le han informado al público que lo hacen -y digo "lo hacen" porque yo voy a hacer mis asuntos yo solita, sin necesidad de barra-, para hablar de los hombres a sus espaldas. Caballeros, lamento informarles que las mujeres vamos a hablar de ustedes, para bien o para mal, en sus narices o a sus espaldas, no solo en los baños, sino en cualquier lugar. Dicho esto, yo tengo la respuesta a por qué las mujeres van al baño en manada. Muy fácil: por bayuncas. Conozco a amigas a quienes tengo en alta estima, que han llegado a los 25 o 26 años, todas profesionales, y aún dicen "¿Vamos al baño?" en medio de una reunión social. Llámeme individualista, pero yo no siento la necesidad de que alguien me acompañe al baño desde que me enseñaron a limpiarme por mi cuenta. Lo que me lleva a u

Manos amigas

El hecho de que el 99.9% de las personas no estén dispuestas a tan siquiera levantar un dedo para ayudarte o que nazca de ellos hacerte un favor, en verdad te hace apreciar el hecho de que el 0.1% restante aún sea capaz de tenderte una mano amiga. A veces me pregunto si acaso yo soy demasiado exigente, siempre esperando que los demás actúen como yo lo haría. No sé por qué lo sigo haciendo, si ya sabíamos que lo mejor es no esperar nada de nadie. ¿Te ha pasado? ¿Qué piensas?

Descarriada

Hace 10 días choqué con otro vehículo. Estuve involucrada en un siniestro, como dicen las aseguradoras. No fue un choque aparatoso. Estúpido sí, pero relativamente sencillo. Esa tarde comprendí por qué la gente dice "una fracción de segundo". Es que por una fracción de segundo mi cerebro se nubló por completo. Iba trazando una ruta mental de por dónde me tenía que meter para llegar a mi casa. Eran las 4:30 p.m., había estado despierta desde las 6:30 a.m. y solo había dormido tres tristes horas. ¿De verdad importa? Cuando le llamé a mi mamá ella pensó que me había quedado dormida porque "me desvelo demasiado". Así toca buena parte del tiempo. Pero nunca me había tocado ir a chocar con alguien porque me pasé un alto. Un alto. ¡Un alto! Yo ni siquiera me atravieso los semáforos cuando están en amarillo. Yo siempre pongo atención. Pero pasa. En una fracción de segundo. Te decía que hace 10 días estamos "descarriadas" en mi casa. El carro ya tiene 10 días d

¿Alguna vez creceremos?

Soy de esas personas que, cuando algo me molesta... pero realmente me MOLESTA... es sumamente difícil sacudirme la idea de la cabeza. Pasa, por ejemplo, que me queda el mal sabor de boca producto de una conversación con alguien con quien, por lo general, sostenemos un diálogo automático de <<"¿Cómo te ha ido?", "Bien, gracias ¿y a usted?", "Bien también">>, pero que cuando nos salimos del guión existe un 90% de probabilidad que la conversación tome un giro desagradable de su parte cuando le da por sacar los temas:  (a) Peso - Predique con el ejemplo. (b) Cuánto gano - Ni que me mantuviera y/o le debiera dinero. (c) En qué vas a invertir tu dinero - Yo manejo mis propios ahorros, muchas gracias. (d) Que no puedo manejar carros mecánicos - Para eso son los automáticos y si no, ahí está el bus. (e) Críticas sin sentido hacia ella  o a ella - No espere que no brinque si las toca a ellas. (f) Todas las anteriores. Hoy es una de esas noches

People watching

Si alguien me preguntara cuál es mi deporte favorito diría que es ver a la gente. No "ver". Observar. People watching. Las veo en todas partes, en distintas situaciones, personas de todos los tipos. Ellos no ven que yo los veo, y eso a veces hace que me pregunte si alguien en alguna parte me estará observando a mí. Buena parte de lo poco que sé sobre la vida lo sé por pura observación. ¿No debería ser de otra manera? ¿Algún enfoque más práctico?

Cierta edad

Uno sabe que ha llegado a cierta edad cuando la música que era la sensación en tu adolescencia es considerada "música de adulto joven" y la empiezan a programar en estaciones que también ponen música que tú sueles calificar como "vieja". ¿Britney Spears música de adulto contemporáneo? Habrase visto. Y claro, uno también sabe que ha llegado a cierta edad cuando los programas de radio que escuchas son "hablados" y cambias la radio en función de cuál entrevista o qué invitados son los más interesantes. Lo que no significa que dejes de ir saltando de radio en radio buscando música que sea de tu agrado… lo que cada vez es más difícil porque la música actual y tú no conectan del todo. Pequeños recordatorios del paso del tiempo que se encuentran en el dial. ¿Ya te ha pasado? ¿Qué estás pensando?

Sobre el dichoso Black Friday

Por años, el cuarto viernes de noviembre ha sido "negro" en Estados Unidos. Negro para cualquier cosa menos para el consumo, digo. Una parte de mí no entiende por qué tantas personas se sorprenden de que, como los mismos productos que se venden en oferta este día, algunos comercios hayan importado al país el dichoso "black Friday". Al final de cuentas no es un día festivo, a diferencia del mentado Thanksgiving. Lejos de repetir lo que seguramente muchos ya han apuntado acerca de la transculturización y alienación, me limitaré a decir: ¿Acaso no se ha fijado que la mayoría de festividades son ya solo una excusa para el consumo? Día de la madre, padre, la amistad, el maestro, navidad… día de lo quiera, siempre "tenemos que" comprar un regalo, enviar una tarjeta, salir a comer o lo que sea. Antes de andar señalando a los "agringados", "alienados", "igualados" y más, mejor reflexionemos sobre el consumismo exacerbado que

Abuelas cibernéticas

Tienen cuentas de banca electrónica, Facebook, Skype pero Twitter no, porque ese no saben como se usa. Si no las hubiera tenido frente a mí probablemente pensaría que son criaturas mitológicas, imaginadas. Eran un par de amigas septuagenarias que se habían reencontrado después de muchos años vía Facebook y que luego empezaron a hablar por Skype. ¡Facebook! Mi mamá solo tiene 56 años, abrió su Facebook y eliminó su cuenta meses más tarde porque no sabía cómo usarlo. El Skype se lo tuve que instalar yo. Lo mismo con Twitter: le creé una cuenta para que siga usuarios de noticias y similares, pero hasta la fecha solo ha publicado un tweet (y pobre, no le expliqué bien que si nadie la sigue, nadie lee lo que escribe. Mea culpa). ¡Chatean! Mi abuela tiene apenas 8 años más que una de ellas y hasta le cuesta usar el teléfono inalámbrico [cuenta la leyenda que una vez confundió el control remoto de la TV con el teléfono y le dio reverenda bandeada porque no daba tono]. Hemos pensado comprarl

¿Se puede convertir cualquier canción al género salsa?

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Siempre me he preguntado por qué algunos cantantes tienen la manía de convertir cualquier canción en versión salsa. ¿Se han fijado? Justo cuando pensé que lo había escuchado todo, sonó en la radio 'Let it be' versión salsa. No lo tomen a mal, no tengo nada en contra de la salsa, excepto el hecho de que la mayoría de las letras de las canciones son de rompimientos, engaños y desilusiones, un contraste con lo "alegre" de la música. Marc Anthony ha hecho una carrera de ello. "¿Ahora quién, si no soy yo?", "Se me sigue olvidando que no estás", "Yo trato, trato, trato pero no te olvido"... ¿ves mi punto? Solo me parece bizarro que tomen casi cualquier canción y la quieran convertir automáticamente en versión salsa. Ahora, esta es mi canción favorita de salsa:

Universidad

En el marco del Día Internacional de la Tolerancia se me venía a la mente cómo históricamente en El Salvador hemos sido intolerantes a la diversidad. Somos, en alguna medida, intolerantes al que vota por uno u otro partido, al que profesa otra religión, a la diversidad sexual, al que le va al Barcelona o al Madrid (dependiendo del caso), al Alianza o al FAS (también dependiendo del caso), y si no fuera porque el General Maximiliano Hernández Martínez expulsó del territorio nacional a las personas de color y casi aniquiló por completo a la población indígena en algún momento de la década de los 1930, también seríamos intolerantes a ellos. Para muestra, si estuviéramos manejando en las calles de San Salvador, a esta entrada ya le habrían pitado la vieja. A todas luces, este es el país de la universidad y la única tolerancia que se traga es la de la lactosa. ¿Tú qué estás pensando?

Salir a las calles de San Salvador

Cada día compruebo que El Salvador es un país demasiado chiquito y, de ribete, con demasiados carros circulando por sus calles. Seguramente este no es el único país en que las principales arterias se congestionan tanto o más que las de un consumidor asiduo a la comida chatarra al borde de un infarto, pero sí tiene que ser de los pocos países en que, después de haber pasado hasta una hora metido en una gran trabazón, te das cuenta que no tenía razón, motivo ni circunstancia. No había choque, ni carro quedado, ni semáforo arruinado, ni asesinato o asalto (que en este país pasa). El tráfico es solo porque sí. En verdad quiere ganas (y suficiente gasolina) salir a las calles de San Salvador en horas pico y las trabazones (en bus o en carro) solo te sirven para pensar la diferencia que haría tener un sistema de transporte público más efectivo. Si bien el tráfico también colapsa en grandes ciudades, al menos en otros lares tienen sistemas de trenes subterráneos, como Nueva York, o súper

¿Cuál es la gana de acabarse el mundo?

El mundo se va a acabar, el mundo se va a acabar. Si un día me has de querer, te debes apresurar... 11 del 11 del 11. Al mundo le tocaba acabarse hoy, ¿a que no? ¿O era el 21 de mayo? ¿O el 21 de diciembre del otro año? No entiendo cuál es la gana de acabarse el mundo, si podríamos estar empezando uno mejor. O en todo caso, estas personas que se desviven por atinarle a la fecha del fin del mundo, ¿qué esperan? Si el mundo en verdad se acabara no habría quién los felicitara después por haber acertado. Duh. Charlatanes. ¿Tú qué opinas acerca de las mil y una teorías del fin del mundo?  

Navidad adelantada

Bien podría ser la respuesta a una vieja entrada ( Si todavía no es navidad ), lo cierto es que la navidad se ha adelantado a mediados de octubre, ya sea por el cambio climático que retrasa a los zompopos de mayo y los vientos de octubre. De mi parte, creo que he encontrado la situación perfecta al deseo de los centros comerciales por hacer que la navidad les dure casi 3 meses. Fácil: una vez pasada la euforia del mes de la independencia de las donas al 2x1, lo que necesitamos es conseguirnos una festividad para octubre y otra para noviembre . De preferencia que no sea importada (léase: no me refiero a celebrar Halloween y Thanksgiving, aunque El Salvador sea el país en el que todos los días son de algo ). Inventémosla. ¿Qué se te ocurre?

Cambios

Los cambios siempre se te vienen encima porque te los mandan desde arriba.

Lee Julie & Julia

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Leí Julie and Julia los primeros días de mi incapacidad (fea palabra). Como suele pasar, el libro llegó a mis manos 2 años después de ver la película que, como muchas de Meryl Streep, terminó por gustarme. Recuerdo que cuando vi la película no tenía mayor idea de quién era Julia Child, así que la tomé por uno de tantos fenómenos de la cultura pop estadounidense. Cuando vimos su cocina en el Smithsonian comprobé mi teoría de la cultura pop y tomé a Julia Child por una de esas caras que se ven tanto en la televisión que terminan por ser parte de la familia. Algo así como la tía Julia. Eso tiene que significar Child para una generación de amas de casa, foodies y gourmands. Pero no es Julia Child la que llama la atención en el libro. La que realmente importa es Julie y la historia de su proyecto. Julie Powell era una secretaria para una agencia de gobierno que trabajaba en algo relacionado a la reconstrucción del World Trade Center en el 2002. Estaba casada, sin hijos pero con gatos,

Yo me pregunto...

...Si alguien en verdad considera que es de buen gusto y sensibilidad social hacer una campaña de "bebés perdidos" para rifar teléfonos celulares? Porque habría sido una excelente campaña para promover la adopción o para recaudar fondos para un orfanato... para lo otro, no sé. ...Si se puede ser tan descerebrado como para relacionar un temporal con el castigo divino por la llegada de un cantante abiertamente homosexual a un país? ¿Y luego sugerir que la cancelación de su concierto resultó en el cese de las lluvias y la salida del sol? ...Si los consumidores no se sienten usados cuando una marca entrega un donativo de parte de sus clientes súper solidarios ante los flashes de las cámaras? ¿Solo yo me pregunto qué donó específicamente la empresa? ...Si chapodar arriates, instalar fuentes luminosas y decorar calles y avenidas es todo lo que se puede hacer desde el puesto de alcalde? Pregunto porque hay alcaldes para quienes la respuesta es sí. ...Si ser megalómano es

Señales de alerta

Siempre he pensado que el cuerpo humano es como un carro al que se le enciende una luz de check engine cada que necesitas llevarlo a revisión. Para mi buena suerte, a mí se me enciende frecuente esa luz. Sí, digo que es para mi buena suerte porque así me entero de que algo no anda bien cuando aún hay tiempo para actuar y cambiar aceite, pastillas de freno y amortiguadores (todos en el sentido figurado, por supuesto).  Esta máquina bien aceitada que habitamos, nuestro cuerpo, para mí funciona como la película de Osmosis Jones , protagonizada por Bill Murray. El cerebro es el CEO que se encarga de todas las operaciones para ponernos en marcha dia tras día. Sin afán de sonar como profesor de biología, ¿no es maravilloso como todo esto funciona a partir de algo tan pequeño como la célula? Me traigo una gripe espantosa. Siempre me da gripe cuando estoy estresada. Es como si mis defensas fueran inversamente proporcionales al nivel de estrés. Si para hoy en la noche no veo ninguna

Lee Ramona la chinche

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Leí el libro de Ramona la chinche (o "Ramona the pest"), cuando tenía 12 ó 13 años. En el lugar de trabajo de mi mamá revendían libros donados desde Estados Unidos para recaudar fondos -desconozco por qué no donaban los libros a los niños, pero bueno-, y ella aprovechaba a comprar para nosotras. Aunque ya pasaba de la edad, me encantaban, y este en particular porque pensaba que mi propia hermana también era una chinche como Ramona Quimby. Siempre he admirado la cantidad de autores de libros infantiles que hay en la lengua inglesa (ojo, he dicho cantidad, no calidad), que escriben libros pensados para niños . ¿Qué pasa por la mente de una niña de 7 años? ¿Cómo es su mundo? Entender esto es la única manera de lograr que un niño empiece a leer desde los 6 o 7 años . Eso, sumado al diseño de los propios libros, haciéndolos interesantes mediante ilustraciones y una portada colorida. Y es cierto que en español tenemos las colecciones de "El Barco de Vapor" y

¿Por qué los artistas no hablan más en los conciertos?

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Sé que están ahí para cantar, tocar y/o bailar, pero siempre me he preguntado por qué los artistas no tienen mayor interacción con el público en sus conciertos. Pronuncian un par de frases estándar entre canciones, procurando no equivocarse de nombre de país cada noche, pero no pasa de eso. "¡Buenas noches El Salvadooor!", "Es un gusto estar en un país tan hermoso", "Los quiero El Salvador" (ni el gentilicio se aprenden)... es como si todos contrataran al mismo relacionista público. Claro, es mejor un artista con frases de cajón a uno que no hable -que también los hay-. Para lo que viene al caso, Juan Luis Guerra cumplió anoche en su concierto en el 'Mágico' González, especialmente cuando cantó esta: Hay canciones que hasta a los #ForeverAlone (como nos llamó mi hermana ayer) nos gustaría que nos dedicaran algún día. Esta es una de esas. Aunque confieso que no me podía todas las canciones -y las que me podía, me las podía a medias-,

Ver: Midnight in Paris

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No sé si es porque siempre he deseado ir a París, porque el desfile de escritores y pintores me recuerda las clases de literatura y las de Estilos Artísticos, si fue porque es emocionante decir "¡Yo también he visto cuadros de Monet!", o una combinación de todas las anteriores, pero Midnight in Paris (o "Medianoche en París") me entretuvo de principio a fin, y quizás, lo más importante es que me dio ganas de ver más películas de Woody Allen. Siempre es interesante hurgar en la obra completa de un artista y verlo como un reflejo de qué estaba pasando en determinada etapa de su vida o cuál fue el hilo conductor de esta (Almodóvar también funciona para ese tipo de ejercicio). 

Pégate

Confieso que nunca le encontré sentido a FourSquare. Aparentemente soy un extraño ser al que no le interesa que los demás sepan dónde está. Por eso me sorprendió que me gustara GetGlue, donde en lugar de hacer check in en una ubicación física, lo haces para señalar qué estás viendo en la tele o en el cine, qué música estás escuchando o qué libro estás leyendo, a cambio de ganarte stickers que realmente no tienen ninguna utilidad práctica (a menos que sean de descuentos... si vives en Estados Unidos).  Como muchas otras cosas que circulan en la web, esta ¿aplicación? ¿red social? ¿intento de Twitter? comunidad sirve para decir cómo o en qué estás procrastinando, pero de eso no pasa. La "gracia" de los check ins se acaba los primeros días, pero si se sabe ocupar, puede ser una herramienta útil para conversar acerca de tus gustos de la industria del entretenimiento o para encontrar buenas sugerencias.  A mi parecer, su potencial más valioso es para las cadenas de te

Televisión en línea

No pretendo ser la descubridora de la leche tibia ni de la orilla azul de la bacinica. Por el contrario, es como si todo el mundo -menos yo- ya estuviera al corriente de lo fácil que resulta hoy en día ver televisión en línea. Ni siquiera es algo novedoso, en verdad. Son los mismos programas, diferente soporte.  ¡Y es una maravilla! ¡Y también una lástima! Tengo sentimientos encontrados respecto a "ver televisión en la computadora".  Por una parte me brinda la posibilidad de ver programas a los que de otra forma no tendría acceso (como The Big C y Downton Abbey), y ahora puedo ver lo que quiera a la hora que quiera -incluso a escasas horas de haberse transmitido en su país de origen-. Y por otro, le quita toda la ritualidad el banal hecho de ver televisión . Ya no tengo que esperar al "lunes de Criminal Minds", ni al "martes de Modern Family", y sobre todo, me ha hecho una televidente solitaria. Ya no más sentarnos las tres a ver x programa o con

Detrás de la puerta: Storage Wars

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Lo he visto apenas en un par de ocasiones pero me gusta. Confieso que cuando vi el anuncio pensé que era de muy mal gusto abrirle las bodegas a las pobres personas que por x o y motivo las han dejado abandonadas. Y luego... vi el programa. Storage Wars no tiene ciencia: subastan una bodega a la que los compradores no tienen acceso previo para hacer un valúo de su contenido. Hallan un tesoro o hallan basura. ¡Me gusta más cuando lo que compran resulta ser pura chatarra! La expresión facial de los tipos cuando descubren que la bodega por la que pagaron hasta $500 no tiene más que ropa de cama con chinches y garrapatas... no tiene precio (al menos para el televidente). Y claro, también te emociona ver que los cachivaches ajenos pueden valer miles de dólares, pero me quedo con la primera opción.

Televisión con fecha de caducidad

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¿Te ha pasado que a la tercera, cuarta o quinta temporada aquel programa de televisión que tanto te gustaba se vuelve la cosa más aburrida que has visto? A mí sí. Es como si los televidentes padeciéramos de déficit de atención después de cierto tiempo al aire y me pregunto si es porque los programas bajan de calidad o si nosotros simplemente perdemos el interés después de un determinado período de tiempo. Creo que se dan ambos escenarios con el agravante de que los formatos televisivos son otro producto desechable más en nuestro mundo de consumismo. Hay series a las que después de un par de episodios al aire deciden cancelarlas, porque lo que habla son los ratings. Otras sobreviven a saber cómo y por qué, al más fiel estilo de un parásito. Lo cierto es que hasta a las más exitosas les llega su fecha de caducidad . Unas se van por todo lo alto y otras, por la puerta de atrás, en ocasiones sin la oportunidad de despedirse de su fan base . No hay duda de que por eso se celebra tanto

Si Dios quiere

Úlltimamente me pregunto por qué la respuesta del salvadoreño para todo es "Si Dios quiere", "Primero Dios", "Dios mediante", "Será lo que Dios diga", "Dejarlo en las manos de Dios". Lo digo porque yo también lo digo. Es ya un reflejo, una muletilla si se quiere. Y me siento mal por Dios, ¿sabes? Porque es bien fácil dejárselo todo a Él y que nosotros no hagamos nada. Y no es por aquello de que "uno propone y Dios dispone", sino porque simplemente hay cosas que solo nosotros podemos hacer por nosotros mismos. Si los salvadoreños lo dejamos todo en las manos de Dios, si Él quiere, si  Él dispone (y a veces no solo Él, sino también los genéricos "el gobierno", "los políticos", "la sociedad", "los salvadoreños" -los otros, porque generalmente nosotros no nos echamos a la cuenta-), ¿qué hacemos NOSOTROS? ¿Nada? No tome esta entrada como algo religioso, sino más bien como algo meramente

El amor viene en todas las tallas: Mike and Molly

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No es la primera vez que lo digo, pero me da gusto encontrar cada vez más series en que los protagonistas, como muchas personas en la vida real, son de más carne que de huesos. Por algún motivo que escapa mi comprensión, los ejecutivos de las cadenas de televisión tienen la mala maña de no incluir actores que sean representativos de la población. Si nos fiáramos de Hollywood, bien podríamos creer que todos los gringos son jóvenes, caucásicos y, por lo general, sumamente atractivos. Los afroamericanos, hispanos y asiáticos se reparten los papeles de: a) el mejor amigo del protagonista; b) el vecino del protagonista o c) el asesino. Ya no digamos adónde quedan "los gordos", para quienes la pantalla chica ha probado ser por años demasiado chica para estar en ella. Dicho esto, Mike&Molly no tiene nada de diferente. Incluso puede ser considerada una serie aburrida de una pareja aburrida que hace cosas aburridas de gente "normal" y aburrida, con la excepción de q

2 Broke Girls para morirse de la risa

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Es curioso cómo a veces nos quejamos de que no pasa nada nuevo en nuestras vidas, pero al mismo tiempo no le damos cabida a  nada nuevo tampoco. Algo tan frívolo como un nuevo programa de TV puede hacer el cambio, una desconexión del mundo por 30 minutos y, en el mejor de los casos, traen consigo una buena dosis de endorfinas a través de la risa.  2 Broke Girls consigue eso conmigo. Creo que, como Max, me río a expensas de Caroline, y pues, también del mismo sarcasmo de Max. Muchos nos identificamos con los personajes que luchan por sobrevivir económicamente, que les va mal de vez en cuando, pero que cada día vuelven a intentarlo.  Espero no me esté precipitando -considerando que apenas va por el cuarto episodio-, pero la serie en verdad me gusta. Una recomendación más para la nueva temporada.

La feminización de TBBT

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Ya era buena, pero tiene que admitir que ahora es mucho mejor. Si bien Penny ha estado en The Big Bang Theory desde la primera temporada de la serie, Pasadena había sido hasta hace poco territorio de hombres y ya era tiempo de que cambiara (¡Bazinga!). Mi favorita es la quirky Amy Farrah Fowler, la contraparte de Sheldon, aunque no descarto a la futura señora Wolowitz, Bernadette, especialmente cuando grita igualita a la mamá de Howard.  Espero que ambos personajes continúen en la serie y, ¿quién sabe? Podría haber una fémina a la que Raj le pueda hablar sin emborracharse. Bien dicen que nunca falta un roto para un descosido. A veces un cambio tan sencillo puede convertir a algo bueno en aún mejor.

Downton Abbey: Must-See TV

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Esta joyita de la corona televisiva británica es exquisita en su trama y su ambientación en 1912-1914, y por tanto se la recomiendo fervientemente.  Jane Austen meets Agatha Christie meets Gosford Park, ¿qué más se le puede pedir a Downton Abbey? Tiene toda la intriga de la sucesión de los títulos nobiliarios, la urgencia por asegurar el futuro económico de las hijas casándolas con el mejor partido (que es lo mismo que venderlas al mejor postor, digo yo), las diferencias de clases entre patrones y empleadores, la primera guerra mundial, más todo el chismorreo de los pisos de arriba y el de abajo y entre ellos (que sí, lo admito, le da un aire a telenovela latinoamericana), al grado en que consigue mantener en vilo al espectador y sorprenderlo con giros verdaderamente inesperados (no hay nada peor que un programa predecible).  Sé que hay quienes no soportan ver programas o películas "de época" -¿por qué? no entiendo-, pero dele una oportunidad a la miniserie ganador

Vivir a lo Cathy Jamison: The Big C

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Mientras veía a mi tía consumirse día a día por culpa del cáncer, tomé -de alguna manera, sin estar consciente de ello- la decisión de que, si algún día yo fuera la ganadora de esa misma lotería genética, ocuparía esos últimos meses en vivirlos, mas que en postergar la muerte (que si hay algo seguro en esta vida es que todos vamos a morir). Melancolía aparte, eso significa para mí 'The Big C'. Apenas la acabo de "descubrir" (este fin de semana vi la primera temporada y en Estados Unidos casi van por la tercera), pero puedo decir con certeza que ya es de mis comedias favoritas. Porque todos deberíamos de vivir la vida como Cathy Jamison, seamos diagnosticados con la gran C o no. Te recomiendo la serie si tú, como muchos, has convivido con el cáncer u otra enfermedad terminal en tu familia. Dicen que se sana mejor riendo. Y con Laura Linney te reirás mucho.

#30libros

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Los tweets son aire y van al aire. Como muchas otras personas hice el meme de los 30 libros, aunque en un solo día. No quería que mis tweets/libros se fueran al aire, de ahí que los recopile en este post. Encontrará que no son brillantes recomendaciones literarias. Nunca pretendí que lo fueran. Uno que leyó de una sentada: Lady Susan, Jane Austen. [Una Jane más light, pero siempre aguda en sus críticas. Muy divertido]. Uno que se haya demorado mucho en leer: Sense&Sensibility, Jane Austen [Vi la película antes…]. Uno que sea un placer culposo: Bridget Jones, the edge of reason, Helen Fielding [La Bridget me mata de la risa. Punto.]. Uno que le gusta a todos menos a usted: El Alquimista, Paulo Coehlo [Bah. Me quedo con las frases que salen en las agendas.]. Uno de viajes: Paso… pero me gustaría leer Eat, pray, love de Elizabeth Gilberts o Under the Tuscan Sun de Frances Mayes [Sí, a mí me gusta comparar libros contra películas]. Uno de un Nobel: A puerta cerrada, Jean Paul

Un pensamiento final

Que Nueva York es lindo en verano, que me gustaría regresar alguna vez en el futuro y entrar al Lincoln Center, ya sea al ballet o a la ópera, no solo irme a sentar a la fuente, sino de verdad vivir la experiencia del teatro... y otras tantas cosas que quedaron pendientes. Que lo que más falta es el dinero y que siempre va a faltar, pero que si usted aparta el tiempo para buscar y rebuscar en internet encontrará varias maneras de ahorrarse unos centavos (como enseñar la Metrocard en Madame Tussauds para un 20% de descuento). Que el tiempo tampoco abunda pero que no hay que andar apresurada, porque al final de cuentas una anda disfrutando y no vale la pena ofuscarse. A veces es mejor detenerse y sentarse solo a ver (como cuando va a la Grand Central Station solo porque sí). Que usted tiene que perder la pena y meterse adonde quiera y pueda. Como la Biblioteca Pública y la exhibición que tenían para conmemorar sus 100 años. Ver es gratis. Oír también es gratis por si halla algún

Luces, cámara y Wicked

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De la experiencia en Time Square y Broadway, déjeme contarle que: a) El Museo de Madame Tussauds NO vale la pena, pero si su acompañante quiere ir, acompáñela/o. Es ridículamente caro, las estatuas están desgastadas, algunas no se parecen a quien las inspiró (e.g. George Clooney) y en verdad no hay tanto qué ver. Ah, y si va por tomarse una foto con Justin Bieber, lleve dinero extra, porque acercarse a él y los Obamas tiene un costo adicional. b) Prepárese para dos cosas: ga$tar en un restaurante temático (Hard Rock Café, Planet Hollywood, etc.) o para hacer una cola interminable en McDonald's (hay uno a la salida de Madame Tussauds). Si no le parece ni una ni la otra, encuentre el Subway que está en la calle de Toys R Us, donde podrá sentarse a comer a gusto (suena tonto, pero no todos los lugares de comida en NY tienen mesas y/o sillas). c) Time Square es un mar de gente SIEMPRE. Las dos veces que caminamos por ahí eran cientos de personas. Llega un punto en que te c

Del otro lado del charco: Brooklyn

Si se aventura a cruzar el puente, allá del otro lado del charco está Brooklyn. Por favor no lo asocie con la tienda que está en Metrocentro. En verdad Brooklyn tiene su encanto, con sus casas y calles antiguas. Puede ir a DUMBO, el área debajo del puente de Manhattan, que es aparentemente el lugar más trendy y ofrece tiendas como la chocolateria de Jacques Torres. O puede ir a su jardín botánico, zoológico y museo de arte, los tres ubicados en el área de Prospect Park, lo que los hace fácilmente visitables en el mismo día. Yo quería hacer todas esas cosas, pero al final no hicimos ninguna. Atravesarnos el puente, aunque estaba contemplado en la To-Do list , surgió de forma espontánea. El puente estaba ahí, nosotros también. Y cuando llegamos del otro lado, lo que se nos ocurrió primero fue ir hasta Coney Island, uno de los lugares que mi hermana más deseaba conocer. Yo... yo ni siquiera voy al campo de la feria, no me gusta ir a Consuma y no me gustan las ruedas que atentan c

Los buseros son como un mal novio

(Permítame hacer un paréntesis). Les das oportunidad tras oportunidad, te prometen que van a hacer algo para que los perdonés y cuando llega el tiempo de que cumplan con su promesa, se hacen los de los panes y te quieren ver la cara de maje. El problema no es que tu novio sea malo, el problema sos vos que seguís aguantándolo. (Tenía que quitarme las ganas de decirlo).

Caminando por la Quinta

Que no pueda comprar, no significa que no pueda ver. Dedique una tarde a pasearse por la quinta avenida. Puede ser al salir del MoMA y caminar desde la 53 a la 58, donde está el Hotel Plaza. Si las piernas y las ganas le dan para más, otra opción es poner como punto de partida la 42, donde está Bryant Park y la biblioteca pública, o comenzar desde la 50 al salir del Rockefeller Center y ver la catedral de San Patricio. En su paso puede pegar la nariz en la vitrina de Harry Winston. Si tiene ganas, métase a Tiffany's, aunque sea al primer piso y vea de reojo los diamantes y trate de descubrir si tienen el precio (1) . La Trump Tower está abierta al público: puede tomarse un café en Starbucks o subir al jardín. También puede entrar a mirujear a Bergdorf Goodman -yo no lo hice a sabiendas de que los vestidos que cuestan más de mil dólares no son lo mío-. Pero usted hágalo porque puede. Eso sí, no deje de entrar a la FAO Schwarz, es el sueño de todo niño hecho realidad. Y si n

¿Esto es arte?

"No jodás, ¡esto lo podría haber hecho yo!", dijo mi alera al ver un cuadro de Miró. No la defiendo por ser mi hermana, ni por haberse bancado ir a siete museos -no siempre voluntariamente-, sino porque en verdad parecía un garabato hecho a lápiz por un niño de parvularia. Entonces, vamos a la pregunta: ¿qué es arte? Nueva York está lleno de museos y galerías de arte. Incluso Long Island, la otrora costa dorada llena de mansiones ahora convertidas en museos. Como dato curioso, así como las salas están llenas de pinturas, esculturas e instalaciones, están llenas de nombres pomposos de sus benefactores, los grande$ patrone$ del arte, mecena$ del siglo XX y XXI. Rockefeller, Frick, Heckscher, Guggenheim, Vanderbilt... casi siempre en parejas: el señor y la señora fulanito. En LI visitamos el Nassau County Museum of Art , donde tuve el gusto de conocer a Richard Avedon ; bueno, al menos sus fotografías. No sé a ustedes, pero a mí siempre me ha gustado el ingenio de Annie

In the jungle, the mighty jungle ♫

Estas son las últimas. Lo prometo *levanta la mano derecha honorablemente*. La última vez que fui al Parque Zoológico Nacional fue en el '99 cuando Manyula (Q.D.D.G.) todavía estaba con nosotros; pero por algún motivo y sin ninguna razón se nos metió en la cabeza que queríamos ir a un zoológico del "primer mundo". Antes de que un treehugger se me abalance como un león a su presa, solo diré que hay cosas que no cambian, pero otras en que es notorio que, al menos en otras partes del mundo, los zoológicos trabajan orientados a la preservación de las especies. De los cuatro zoológicos operados por la Wildlife Conservation Society (WCS) en NY, nosotras elegimos el del Bronx , en parte por ser el más grande y en otra solo para decir "Yo me fui a meter al Bronx". Solo la experiencia para llegar al zoológico es un trip en sí misma: en la 54 con Madison tomás un bus express (el BxM11) para el que tendrás que deslizar tu MetroCard (la tarifa del bus es $5.50), so

Manhattan de vértigo

Alguien tuvo a bien preguntarme qué se sentía estar en medio de los grandes edificios. La verdad es que nada. A menos que andes todo el tiempo viendo para arriba, so pena de terminar con un gran dolor de nuca, fácilmente se te olvida que eres una hormiga, un punto de color caminando por ese laberinto de juego de PacMan que visto desde arriba parece escenario constuido con billones de legos. Ahora pregúnteme qué se siente estar arriba. Estar arriba es lo que realmente vale la pena. Llegar al piso 67 del observatorio del Rockefeller ( Top of the Rock , calle 50) y apreciar una vista insuperable de Manhattan tal cual sale en el mapa, con el parque al norte, el Empire State al sur, el río Hudson al oeste y los puentes de Brooklyn, Manhattan y Williamsburg al este, te deja con los ojos (y boca) bien abiertos. En mi opinión, el Top of the Rock supera al Empire State en cuanto a vista- después de todo, el Empire State solo se puede ver bien desde el Rockefeller Center.

Cómo llegar a Washington DC y no desfallecer en el intento

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Ir al DC por un solo día fue desde el principio un capricho sin qué ni para qué. De esas cosas que se hacen solo porque sí, porque (uno cree que) se puede. Lo que no sabía es que esas escasas 17 horas en la capital estadounidense traerían consigo las lecciones de vida -y de viaje- más valiosas. Lección 1 .  No hay que tenerle miedo al metro.  El metro es tu amigo y te ayuda a que no se te desgasten las suelas de los zapatos. Ese jueves cuando salimos del Met, aún desorientada por ser el segundo día en la ciudad, pensé que era mejor caminar hasta Penn Station. Estando el Met en la 82 y la estación en la 34, vaya usted a saber en qué cabeza se me ocurrió que sería mejor caminar esas 49 calles y 3 avenidas. Viéndolo del lado amable, ese jueves nos recorrimos buena parte de la quinta avenida hasta llegar al mítico Hotel Plaza. Andábamos turisteando de todas formas, ¡ve chis! Lección 2. No hay que creer todo lo que se lee en internet. Resuelta a ir a Washington DC de la manera m