Alguien deme lo que Phil está comiendo

Un buen programa de televisión hace todo lo correcto para ser memorable, hasta la canción del opening. Acabo de pasar unos 10 minutos buscando en YouTube y Spotify sin éxito alguno la canción que antecede el programa de Netflix "Somebody Feed Phil" para explicarles por qué me hace feliz desde el primer minuto. Tal vez les esté haciendo un favor al no encontrar la pegajosa canción, porque de lo contrario la andarían en la cabeza de aquí a la eternidad. Así que tendré que explicarles de otra manera por qué Phil Rosenthal me hace feliz.




La premisa de este programa es simple y no es nada que no hayan visto antes: Un tipo recorre diferentes ciudades del mundo comiendo de todo, con una fotografía excelente que hace que te enamores visualmente de cada lugar. Desde comida callejera hasta algunos de los restaurantes más galardonados de la escena culinaria. La diferencia, a mi manera de ver, es que Phil es uno de los nuestros, una persona relativamente común y corriente que, a pesar de tener la gran suerte de poder hacer este programa, reacciona como lo haría una persona que se maravilla ante las pequeñas cosas de la vida.

Quédate con quien te vea como Phil a la comida

Mi mamá dice que tiene cara de tonto. Yo digo que es de felicidad genuina, y los ojos y los gestos que hace en el momento de que le ponen un plato de comida enfrente o cuando prueba un platillo son una de las cosas que más me gustan del programa. Cero pretensiones, cero necesidad de ponerse en un altar superior por cuánto conocimiento tenga sobre la comida o el lugar, cero deseo de ser una guía absoluta. Por el contrario, Phil parece ser solo un observante de paso. Él mismo admite que solo es un lucky bastard.

Necesitamos más personas así en la pantalla. Alguien que al viajar hace lo mismo que haría uno de nosotros: tener una videollamada con sus papás para decirles lo increíble que es el lugar que está visitando. Aunque si hay algo que quisiera imitar de Phil es su habilidad de conectarse con personas del país que visita. Kudos a los productores que le consiguen invitados tan interesantes que le abren las cocinas de sus restaurantes y sus casas. 

No olvidaré el episodio de Ciudad de México en que Enrique Olvera (su restaurante "Pujol" está entre los 50 mejores restaurantes del mundo y tiene su propio episodio de "Chef's Table") lo invita a comer a su casa. Enrique Olvera toma Tecate. ¡Tecate! No quiero sonar como una lunática, pero ese fun fact me hizo comprar una en mi siguiente visita al supermercado solo para probarla. O en el episodio de Nueva York, cuando Massimo Bottura (el dueño del restaurante #1 en el mundo) se levanta a pedir un bocado del salmón que ordenaron en la mesa de la par... y luego dice que estaba sobrecocido. O cuando en Israel Phil simplemente se sienta con un grupo de señoras que se han reunido para un café en un centro comercial, o el grupo de amigos en Lisboa con los pasteles de nata.

Phil es quizás como el tío cuyos relatos de viajes y experiencias te gusta escuchar. Yo no tengo un tío así, pero Phil puede adoptarme en su familia de Netflix el día que él quiera y espero que sea por muchas, muchas temporadas más.

Estas son las ciudades que ha visitado a la fecha:

Temporada 1:
  1. Bangkok
  2. Saigón
  3. Tel Aviv
  4. Lisboa
  5. Nueva Orléans
  6. Ciudad de México

Temporada 2: 
  1. Venecia
  2. Dublín
  3. Buenos Aires
  4. Copenhagen
  5. Ciudad del Cabo
  6. Nueva York

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