De la adolescencia y otros demonios
Mi adolescencia fue cringey. Mas bien CRINGEY, en mayúsculas y en negritas. Gorda, con brackets, un sentido de la moda cuestionable, en medio de un episodio de violencia psicológica que poco abonaban a problemas con mi autoestima (algo más para el pitch a Televisa), y con un mega crush con Leonardo DiCaprio, Ricky Martin y los Backstreet Boys, así era mi vida allá por 1998-1999. A veces pienso que es un milagro que tenga recuerdos positivos de esta época de mi vida, pero a decir verdad, no sé si habrá alguien sobre el planeta que se haya escapado de los momentos vergonzosos (o dolorosos) de la adolescencia. O que no haya tenido que exorcizar esos demonios ya de adulto. Aunque hay adultos que pareciera nunca dejaron de ser adolescentes.
Quizás por eso mismo me gustó de inmediato "Turning red", la nueva entrega de Pixar que sigue la historia de Mei Lee, una niña canadiense de 13 años, hija de inmigrantes chinos, que un día allá por el 2002 descubre que las mujeres de su familia se convierten en pandas rojos al no poder controlar sus emociones. Como buena adolescente (y encima, mujer), Mei navega esta etapa de su vida entre querer cumplir las expectativas de su familia (especialmente de su estricta mamá), y convertirse en su propia persona mientras descubre cosas nuevas, como su atracción hacia los chicos (la escena en que dibuja a Devon 😂). Ah, y aparte, Mei es súper fan de una boy band llamada A Town. Y le gusta girar sus caderas. Cualquier parecido con los Backstreet Boys, 'Nsync e incluso BTS, es pura coincidencia.
Curiosamente este blog cumplió la edad de Mei ayer. 13 años desde el día que estaba tan aburrida que me puse a escribir sobre las películas de Pixar. Sin duda, hay varias cosas que le agradezco a esta experiencia. Aquí seguiré hasta quién sabe cuándo.
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