Hacer amigos
¿Por qué no?
En ocasiones, me considero socially awkward, como la niña nueva en el kínder que ve la gloria cuando llega otro niño a hablarle y le ahorra los gigantescos pasos de atravesarse el salón para ir a socializar con sus pares o que en el peor de los casos, se aferra a las enaguas de la mamá.
Es raro, porque puedo estar haciendo fila a la par de alguien y ponerme a platicar así como si nada. También puedo participar sin problema en una conversación social, de esas en las que te ponés a hablar de temas sacados del periódico o noticiero durante un almuerzo de trabajo.
Pero a la hora de conocer nuevas personas, me vuelvo a sentir la niña de kínder. A la primera, soy callada -al final, no tanto.- A la segunda, no hallo por dónde comenzar, me cuesta romper el hielo y hallarle el lado a la gente. Y a la tercera, generalmente, ya he entrado en confianza.
La semana pasada experimenté eso de "hacer amigos" -o al menos conocer gente nueva-, por primera vez en mucho tiempo.
Llegar, presentarse, saludar, conversar, reír. Todo, al mismo tiempo que se absorbe información, se perfila a los interlocutores y se trata de ser natural -aunque por aquello de dar una buena impresión, uno se limita un poco, como quien va "tanteando" el terreno-.
Lo curioso de la experiencia fue que, a pesar de nunca haber visto antes a este grupo de interesantes individuos, al cabo de pocos minutos ya me sentía como si los conociera de mucho antes: ¡las maravillas de amistarse vía online!
Lo mismo sucede cuando uno hace el salto de intercambiar comentarios de blog a blog, a tuitear por allá, feisbuquear por acullá y emeseniar de un país a otro a altas horas de la noche. Es cuestión de tiempo que terminés por conocer a la otra persona en vivo y en directo.
Si metemos a nuestros amigos de carne y hueso a una computadora, ¿por qué no trasladar nuestras amistades de bits y bytes al mundo offline? Al fin y al cabo, cada vez pasamos más horas frente a una computadora y uno nunca sabe quién está del otro lado de la conexión.
Un amigo tal vez.
PD. Un saludo a @oscarmartell, a @elsum y compañía.
En ocasiones, me considero socially awkward, como la niña nueva en el kínder que ve la gloria cuando llega otro niño a hablarle y le ahorra los gigantescos pasos de atravesarse el salón para ir a socializar con sus pares o que en el peor de los casos, se aferra a las enaguas de la mamá.
Es raro, porque puedo estar haciendo fila a la par de alguien y ponerme a platicar así como si nada. También puedo participar sin problema en una conversación social, de esas en las que te ponés a hablar de temas sacados del periódico o noticiero durante un almuerzo de trabajo.
Pero a la hora de conocer nuevas personas, me vuelvo a sentir la niña de kínder. A la primera, soy callada -al final, no tanto.- A la segunda, no hallo por dónde comenzar, me cuesta romper el hielo y hallarle el lado a la gente. Y a la tercera, generalmente, ya he entrado en confianza.
La semana pasada experimenté eso de "hacer amigos" -o al menos conocer gente nueva-, por primera vez en mucho tiempo.
Llegar, presentarse, saludar, conversar, reír. Todo, al mismo tiempo que se absorbe información, se perfila a los interlocutores y se trata de ser natural -aunque por aquello de dar una buena impresión, uno se limita un poco, como quien va "tanteando" el terreno-.
Lo curioso de la experiencia fue que, a pesar de nunca haber visto antes a este grupo de interesantes individuos, al cabo de pocos minutos ya me sentía como si los conociera de mucho antes: ¡las maravillas de amistarse vía online!
Lo mismo sucede cuando uno hace el salto de intercambiar comentarios de blog a blog, a tuitear por allá, feisbuquear por acullá y emeseniar de un país a otro a altas horas de la noche. Es cuestión de tiempo que terminés por conocer a la otra persona en vivo y en directo.
Si metemos a nuestros amigos de carne y hueso a una computadora, ¿por qué no trasladar nuestras amistades de bits y bytes al mundo offline? Al fin y al cabo, cada vez pasamos más horas frente a una computadora y uno nunca sabe quién está del otro lado de la conexión.
Un amigo tal vez.
PD. Un saludo a @oscarmartell, a @elsum y compañía.
pues la verdad es q entonces te conocimos el lado de la 'niña de kinder'... en el Mister D aquel dia, o no?
ResponderEliminarfue agradable conocerte, a tu hermana tambien, y ojalá podas acompañarnos en otras ocasiones.
+reverencias+
salú.
La verdad que todos pasamos por esa situacion, vuelvo a reiterar mi gusto por la forma en que escribir las entradas, ya me gustaria a mi poder expresarme de esa manera, inmensas gracias por la mencion.
ResponderEliminarHa sido la verdad y honor conocerte, a ti y a tu hermana.
Y cuando quieras visitar el Sur, te hago un huequito en mi casa a vos y quienes vayan.. ! saluditos.
Hola, tienes toda la razón.. Te invito que pases por mi blog saludos desde PERÚ :)
ResponderEliminarPues yo ando tanteando por aquí.. Saludos.
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