Restricciones no aplican
Lo curioso fue que, cuando se acabó el sendero empedrado, no supe qué hacer. No había nadie alrededor y volví a ver a todos lados por si había un rótulo que dijera "No pisar el césped".
Enseguida reparé en que, en todo caso, ¡la grama está ahí para pararse en ella! así que en un acto de rebelión, me paseé por el jardín de arriba para abajo, perdiendo cuidado de qué había debajo de mis tenis.
¿Con cuántos rótulos de "No haga esto" y "No haga aquello" nos topamos todos los días que ya ni siquiera cuestionamos aquello que nos prohíben ni de dónde proviene tal restricción?
Ja. Yo pisé el césped. ¿Y qué pues?
yeah!!! viva la anarquía!!!
ResponderEliminara veces nosotros mismos nos ponemos los rotulos de "no pisar la grama" que es lo peor! =/
Dafne, es muy cierto. Nosotros mismos nos ponemos los rótulos, algunos tan grandes que parecen de esas pantallas LCD gigantes que les ha dado por poner en las calles de mayor circulación.
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