Llegó enero... ¿ahora qué hago?

Sí, ya sé. Esta entrada parece tener 18 días de retraso, pero aún me hago esta pregunta casi todos los días. Hacia finales del año pasado tenía cosas más apremiantes en qué pensar por lo que no tuve tiempo para entrar en pánico respecto a qué me depararía el 2011 profesionalmente. Pasó la operación, la recuperación, la navidad y llegó enero. Heme aquí sin saber qué hacer.

Mi principal contrato de trabajo terminó en diciembre, y aunque continúo en un proyecto adicional anterior y apareció en el camino otro extra completamente inesperado, no dejo de pensar qué va a pasar con mi carrera y qué voy a hacer este año.

Mientras sigo a la espera de procesos eternos en el departamento de Recursos Humanos en un lugar (que ya hasta empiezan a parecer improbables), y en la aprobación del presupuesto en otro (el plan B), la espera empieza a desesperarme, en parte por la inactividad de estos días. Tengo cosas que hacer, trabajo, pero aparentemente no lo suficiente como para mantenerme ocupada todo el día.

Si veo una repetición más de Seinfeld o Friends probablemente romperé un récord Guinness.

Supongo que todo es cuestión de adaptarse, aunque sea algo temporal, y usar este tiempo extra como una vacación en la que hacer cosas para las que después no queda tiempo o que siempre he querido hacer pero antes no podía. Sí, eso me diré por ser enero. Ya veré qué otra cosa me invento en febrero.

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