El espíritu eurovisivo

Si fuera fútbol, diríamos que ganó por goleada


Ayer se celebró el Eurovision Song Contest en Moscú, Rusia. No sé ni cómo ni por qué, pero ya tengo el hábito de ver la transmisión por TVE. Es como si en mayo estuviera programada para acordarme del concurso musical más importante del otro lado del charco. Es uno de mis quirks supongo, ya que solo soy mañas.

Para quienes nunca han tenido la oportunidad de verlo, Eurovision es un concurso en el que participan representantes de 25 países con canciones inéditas -compuestas especialmente para el certamen-, y los habitantes de 42 países votan vía SMS para elegir a su favorita, con la excepción de que no pueden votar por su propio representante.

Solo 4 países tienen garantizado su pase a la final -España, Alemania, Reino Unido y Francia-, y los otros 38 pasan por 2 semifinales. Hasta parece competición deportiva, tipo Olimpíadas o qué se yo. Aparentemente, los europeos se lo toman como cosa seria. Creo que en parte se debe a que uno de los premios es que el concurso se realice en el país ganador al año siguiente y eso definitivamente les genera grandes ingre$o$ en materia de turismo.

Se lo toman tan en serio que, a la hora de las votaciones, siempre hablan de las presuntas confabulaciones geográficas, sociopolíticas y culturales por las que un país tiende a darle los 12 puntos a otro. Para ilustrar el caso: Suecia reparte sus 8, 10 y 12 puntos entre Dinamarca, Noruega, Finlandia, Rusia o Islandia (según sea el caso). Nórdicos votan por nórdicos, balcánicos por balcánicos, ibéricos por ibéricos... toda una "corrupción" de parte de los eurofans.

En esta edición le apuntaba a que el griego Sakis Rouvas, todo un adonis, iba a ganar con "This is our night", una canción dance muy eurovisiva. Pero, sorpresivamente, este no fue un año de canciones dance y quedó en el 7º lugar. Rouvas representó a su país en la edición del 2004 con "Shake it" y fue el presentador en el 2006.


El ganador fue el noruego Alexander Rybak, con "Fairytale". Por algo le habrá gustado a Europa que acumuló 387 puntos, todo un récord considerando que nunca antes se había llegado a los 300. El violín me recuerda a "El violinista en el tejado", se me hace un poco folkie aunque me imaginaba la música noruega diferente... no sé, como con cuernos vikingos o algo más gutural.




Eso sí, la letra se me hace tierna, cuenta una historia linda que le puede pasar a cualquiera:
Years ago when I was younger I kinda’ liked a girl I knew.
She was mine, and we were sweethearts,
That was then, but then it’s true

I’m in love with a fairytale even though it hurts.
‘Cause I don’t care if I lose my mind;
I’m already cursed

Every day we started fighting, every night we fell in love.
No one else could make me sadder, but no one else could lift me high above
I don’t know what I was doing but suddenly we fell apart.
Nowadays I cannot find her. But when I do we’ll get a brand new start

Cada año España queda en peor puesto. Éste quedó de penúltimo, a pesar de que la representante, una desconocida llamada Soraya, era de lo mejorcito que han mandado en los últimos años (¿alguien conoce "El baile del chiki chiki"?). Espero que el próximo año se le encienda el foco a alguien y manden a David Bisbal a mover los colochos a Noruega. Creo que es el que tiene mayores probabilidades de romper con la mala racha española, siempre y cuando cante en inglés como la mayoría de países.

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