Precisión matemática
... y sin usar la calculadora
Los 365 peldaños repartidos en 4 escaleras y la plataforma superior y los 365 días del año. ¿Coincidencia? No creo. Los 9 cuerpos de la pirámide una vez han sido divididos por la escalera suman 18 y los 18 meses que tenía su calendario. ¿Otra coincidencia? Tampoco creo. Los 52 tableros de cada y los 52 años que conformaban su siglo. ¿Una última coincidencia? Mmm, no lo termino de creer.
Pero le creo al guía cuando me dice todos esos datos, mientras recuerdo cómo en el colegio me dejaron una tarea de matemáticas sobre el calendario Maya cuando cursaba 4° grado.
El guía continúa diciendo que la pirámide fue puesta ahí con un cálculo astronómico que hace que durante los equinoccios se vea la imagen de una serpiente bajando por las escaleras. Y ya no recuerdo el 4° grado, sino el primer ciclo universitario cuando escuchaba embobada el caudal de conocimiento sobre historia y arqueología mesoamericana de Carmen González Huguet en en la clase de "Historia Contemporánea de El Salvador" -aunque hoy que lo pienso, de contemporáneo no tenía mucho-.
Lástima que llegué un mes y medio demasiado temprano para constatar la sombra de la serpiente o para ver cómo entra la luz por la "ventana" del observatorio de El Caracol, o para ver a un grupo de actores representar el Juego de Pelota en el verdadero escenario por donde corrieron las cabezas de los vencedores del pok-ta-pok. Lástima que el grupo siguió su recorrido mientras yo intentaba contar si realmente habían mil columnas al lado del Templo de los Guerreros y que cuando salía del parque pensaba que difícilmente algún día regresaré.
Mientras todos hablan del 21 de diciembre de 2012 y Hollywood lo hace película con efectos especiales, sería bueno que fijáramos nuestros ojos en las grandezas de las antiguas civilizaciones... aquellas que movieron montañas de piedras sin grúas, se ubicaron espacialmente sin GPS, se comunicaron sin celular y tenían conocimientos sin buscarlos por internet. Todo con una gran precisión matemática.
No como la mía, que hizo que me tardara 148 lunas en escribir este post.
Los 365 peldaños repartidos en 4 escaleras y la plataforma superior y los 365 días del año. ¿Coincidencia? No creo. Los 9 cuerpos de la pirámide una vez han sido divididos por la escalera suman 18 y los 18 meses que tenía su calendario. ¿Otra coincidencia? Tampoco creo. Los 52 tableros de cada y los 52 años que conformaban su siglo. ¿Una última coincidencia? Mmm, no lo termino de creer.
Pero le creo al guía cuando me dice todos esos datos, mientras recuerdo cómo en el colegio me dejaron una tarea de matemáticas sobre el calendario Maya cuando cursaba 4° grado.
Habría que tirarle una piedra al tarado que parado frente al Templo de Kukulkán en Chichen Itzá crea que ante sus ojos solo hay una pila de piedras, puestas al azar, sin qué ni para qué.
El guía continúa diciendo que la pirámide fue puesta ahí con un cálculo astronómico que hace que durante los equinoccios se vea la imagen de una serpiente bajando por las escaleras. Y ya no recuerdo el 4° grado, sino el primer ciclo universitario cuando escuchaba embobada el caudal de conocimiento sobre historia y arqueología mesoamericana de Carmen González Huguet en en la clase de "Historia Contemporánea de El Salvador" -aunque hoy que lo pienso, de contemporáneo no tenía mucho-.
Lástima que llegué un mes y medio demasiado temprano para constatar la sombra de la serpiente o para ver cómo entra la luz por la "ventana" del observatorio de El Caracol, o para ver a un grupo de actores representar el Juego de Pelota en el verdadero escenario por donde corrieron las cabezas de los vencedores del pok-ta-pok. Lástima que el grupo siguió su recorrido mientras yo intentaba contar si realmente habían mil columnas al lado del Templo de los Guerreros y que cuando salía del parque pensaba que difícilmente algún día regresaré.
Mientras todos hablan del 21 de diciembre de 2012 y Hollywood lo hace película con efectos especiales, sería bueno que fijáramos nuestros ojos en las grandezas de las antiguas civilizaciones... aquellas que movieron montañas de piedras sin grúas, se ubicaron espacialmente sin GPS, se comunicaron sin celular y tenían conocimientos sin buscarlos por internet. Todo con una gran precisión matemática.
No como la mía, que hizo que me tardara 148 lunas en escribir este post.
como siempre en los post serios, la letra chiquita es una dulce cerecita ja ja
ResponderEliminaryo siempre he querido visitar estos lugares... he visto varios de ES pero no una tan grande como ese...
ResponderEliminarMe llega, hay mucho que conocer.
@Clau: jaja
ResponderEliminar@El Sum: Sí, es cierto. Hay mucho por conocer. Tanto que a muchos nos sobran las ganas y nos faltan las posibilidades. Tiene que llegar una oportunidad, ya verás.