La edad de la inocencia
Una de estas noches mientras cenaba afuera, un par de niñas (hermanitas, me imagino) me robaron toda la atención por lo interesante de su conversación. Una, dándose aires de gran importancia, le preguntaba a la otra si conocía quién era el Cipitío, refiriéndose a él como "el que sale en la tele".
No sabía qué debía sorprenderme más: si el hecho de que una niña nacida en el siglo XXI supiera quién era el Cipitío o que alguien aún sintonizara el canal 10 que tantos recuerdos de infancia me trae, a expensas de la variada programación infantil con la que se topa uno hoy en día.
Me pareció, más que sorprendente, fascinante encontrar otra televidente de las aventuras del personaje mitológico más conocido en El Salvador, si bien procedente de una generación muy diferente a la mía -la pequeñita más hablantina no pasaba de los 6 años, algo ha de saber sobre Barney, los Teletubbies, la Floricienta o quienes sean sus secuaces del momento-.
Pero lo que terminó por ponerme una enorme sonrisa en la cara fue que las hermanitas, bajo la batuta de la más "fan" del Cipitío, se entretuvieron de lo lindo jugando a decir "Matatero tero tero, matatero tero lá... que se aparezca _____ ¡ya!", con todo y ademanes. Nada de Playstation, iPod o BlackBerry con los que cada vez es más frecuente encontrar a un niño en la mano.
Así, entre encantos, hechizos y embrujos, mientras las escuchaba jugar y recordaba el pánico que le tenía al "Brujo Barbujo" a los 5 años, pensé en las maravillas de la edad de la inocencia, en cómo uno se divierte con poco y goza mucho, y se tienen ojitos ante los que todo es fascinante y el mundo está lleno de aventuras y cosas por descubrir.
Supongo que aunque se pierda algo de esa inocencia infantil, nunca se debe perder la capacidad de asombro... sin importar la edad que uno tenga.
:O ¿segura de que no estabas soñando?
ResponderEliminar¿segura que no eran las niñas del cuento de salarrue "de lo que quiero y no quiero" (http://www.youtube.com/watch?v=TnUkpXMLI7k) ???
:) que bueno que aún queden algunos niñ@s a salvo!
Aw Salarrué y Cuentos de Cipotes. ¡Más recuerdos de infancia! Gracias Dafne.
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